La agencia espacial estadounidense, según informa la propia NASA, ha propuesto enviar un submarino espacial a Titán con el objetivo de que escrute las profundidades del Kraken Mare, uno de sus múltiples mares formado en su mayor parte por metano líquido.

La misión, que aún tiene que ser aprobada por la NASA para que se proceda a la construcción del aparato —un protocolo que puede alargarse hasta 2040—, deberá recorrer durante 90 días cerca de 2.000 kilómetros.

El submarino, cuya fuente de alimentación será un generador termoeléctrico de radioisótopos, contará con cámaras y sónares para no perder detalle de uno de los mares de mayor tamaño del satélite. Aunque la tecnología no se verá dañada por el metano líquido, el subacuático deberá salir a la superficie para transmitir a la Tierra los datos que haya recopilado durante su inmersión.

Los científicos siempre se han sentido atraídos por Titán, una de las 62 lunas que orbitan alrededor del planeta y el segundo satélite más grande del Sistema Solar por detrás de Ganímedes. Su densa atmósfera, así como sus ríos, lagos y mares convierten a Titán en uno de los mundos más parecidos a nuestro planeta.