Cumple 150 años el libro infantil más 'chiflado' e influyente, 'Alicia en el País de las Maravillas'

  • Una exposición en el prestigioso Harry Ransom Center para las artes y las humanidades divulga y estudia el impacto de la obra de 1865 de Lewis Carroll.
  • Se muestran manuscritos, fotos, ejemplares raros, películas, juguetes, piezas de arte y curiosidades de uno de los pocos libros que nunca han estado descatalogados.
  • El impacto sobre la sociedad y la cultura mundiales de los personajes y del libro, traducido a más de cien idiomas y dialectos, es de los más intensos de la historia.
Pequeñas figuras de madera tallada y pintada con personajes de 'Alicia en el País de las Maravillas'. Hechos en Inglaterra, no consta fecha
Pequeñas figuras de madera tallada y pintada con personajes de 'Alicia en el País de las Maravillas'. Hechos en Inglaterra, no consta fecha
Images courtesy of Harry Ransom Center
Pequeñas figuras de madera tallada y pintada con personajes de 'Alicia en el País de las Maravillas'. Hechos en Inglaterra, no consta fecha

"Si conocieras al Tiempo tan bien como lo conozco yo no hablarías de matarlo. ¡El Tiempo es todo un personaje!". El Sombrerero, uno de los personajes más alucinados de Alicia en el País de las Maravillas (1865), formula un consejo que, como todos aquellos que provienen de los seres encendidos por la locura, debe ser tomado muy en serio. Es improbable que el autor del libro, sin embargo, haya imaginado que el tiempo actuaría con una benevolencia tan multiplicadora con la obra, escrita como un humilde y bastante chiflado regalo para una niña de diez años y publicada por primera vez hace 150 años.

Llamar cuento al libro de Lewis Carroll (1832-1898) —y a su continuación, A través del espejo y lo que Alicia encontró allí (1871), menos conocida pero igual de brillante— es inexacto. Las 91 páginas del manuscrito redactado e ilustrado a mano por el autor en 1864 con el título Alice’s Adventures in the Underground (Las aventuras de Alicia bajo tierra), editado en formato comercial de imprenta un año después como Alice's Adventures in Wonderland, exceden de la categorización como historia corta e infantil.

Abigarrada con acertijos, misterios...

Abigarrada con acertijos, misterios y comentarios satíricos sobre política, usos sociales, literatura, lingüística, matemáticas y lógica formal, la obra derrumbó los géneros y, pese a su densidad, se convirtió en uno de los libros con mayor impacto en la cultura mundial, un best seller eterno para todos los públicos. Aunque, como sucede con el Quijote, nadie se atreve a calcular la cifra millonaria de ejemplares en circulación, Alicia... —que es de dominio público al haber caducado los derechos de autor— está, según los especialistas, entre los libros más vendidos de simepre.

La celebración de los 150 años del libro, traducido a más de un centenar de idiomas y dialectos, prácticamente todas las lenguas con expresión escrita del planeta, empieza en un santuario de las humanidades, el Harry Ransom Center, el axis vertebral que ha convertido a la Universidad de Austin (Texas - EE UU) en una de las más prestigiosas instituciones del mundo entre las dedicadas a los estudios literarios y artísticos, con un archivo-biblioteca de 36 millones de manuscritos, un millón de libros raros, cinco millones de fotografías y más de 100.000 obras de arte.

Entrada gratuita

La exposición Alice's Adventures in Wonderland [vídeo oficial, en inglés y con subtítulos], programada hasta el 6 de julio y de entrada gratuita, está tan bien montada y es tan atractiva como todas las que programa el centro. Basada en la perenne fascinación por el libro de niños y adultos de cualquier cultura, etnia o país —es una de las escasas obras literarias que jamás ha estado descatalogada—, presenta manuscritos, fotos, ejemplares raros, películas, juguetes, obras de arte, curiosidades y reinterpretaciones del libro y sus personajes.

En total se exhiben 200 objetos, todos de los casi infinitos fondos del Harry Ransom, y hay un complementario programa de actividades para niños. El material que se coloca ante el público va desde lo curioso (un juego de mesa y dados titulado La carrera de Alicía en el País de las Maravillas) hasta piezas de bibliófilo, como un libro autoeditado por Carroll y sus hermanas con dibujos pintados por el escritor cuando era adolescente, y, claro, láminas de las ilustraciones canónicas de John Tenniel de los que partió la imagen posterior de la heroína —aunque Tenniel sostenía que la verdadera autoría era del escritor, que en el ejemplar manuscrito ya había bosquejado los personajes—.

Los organizadores destacan originales de fotos tomadas por Carroll —gran aficionado a la captura de imágenes, sobre todo de niños pubescentes, con las recién introducidas cámaras— y por la pionera del retrato Julia Margaret Cameron. Para uno y otra posó en varias ocasiones, de niña y mujer joven respectívamente, Alicia Liddell, la pequeña con cara de pilluela triste pero salvaje que en una "tarde dorada" del 4 de julio de 1862, cuando la niña tenía diez años, cautivó al escritor durante una excursión campestre por la  zona del Támesis conocida como The Isis.

Uno de los seis ejemplares de la primera edición

También se exhiben reinterpretaciones fotográficas contemporáneas del cubano-estadounidense Aberlardo Morell y de Maggie Taylor, autora de la serie Almost Alice (Casi Alicia),  ilustraciones de Salvador Dalí y un ejemplar de la primera edición del libro, de la que sólo quedan, que se sepa, seis —la copia personal de Carroll fue vendida en 1998 en una subasta por 1,54 millones de dólares (1,3 millones de euros), la mayor cantidad pagada hasta entonces por un libro del siglo XIX—

Pese a que el libro de Carroll es un "producto de la Inglaterra victoriana", dice la coordinadora de la muestra, Danielle Brune Sigler, "continúa llamando la atención de lectores contemporáneos a lo largo de todo el mundo" y mantiene la dualidad de tratarse de una obra que disfrutan los niños, "pero todavía resulta más admirable cuando regresas a ella como adulto y descubres todos sus secretos, las bromas, acertijos y sátiras que te perdiste la primera vez". La exposición "hará disfrutar a los fans de Alicia en el País de las Maravillas y pondrá en contacto a otros con una obra sobradamente conocida aunque no siempre leída con detenimiento".

Dificultades de los traductores

Organizada temáticamente, la muestra del Harry Ransom cubre aspectos como el análisis del contexto histórico en que Carroll escribió el libro;  una línea de tiempo sobre los cambios de estilo en el modo en que fue ilustrado; las dificultades a veces irresolubles con las que se han enfrentado los traductores ante la prosa, en ocasiones incluso inventada, del autor inglés, y un repaso en profundidad a las centenares de adaptaciones del libro para cine y televisión, parodias y homenajes en literatura y cómic y objetos de consumo y ocio, sobre todo juguetes, que se han aprovechado del enorme tirón popular de Alicia...

Reverendo anglicano, profesor de matemáticas en Oxford, amigo del carácter ilógico de la lógica y de salud enfermiza, Lewis Carroll —el nombre es un seudónimo literario de la identidad registral de Charles Lutwidge Dodgson— no tuvo hijos y le gustaba entretener a las crías del decano Henry Liddell: además de Alicia en el libro también hay referencias a sus hermanas, Edith y Lorina. El escritor padecía migrañas tan fuertes que le provocaban micropsia, una afección bautizada en honor a Carroll como Síndrome de Alicia en el País de las Maravillas. El síntoma más frecuente es ver diminutas alucinaciones de seres bondadosos que desprenden luz.

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