La asociación de perjudicados por el accidente ferroviario del Alvia de Santiago de Compostela (Apafas) ha recibido con "mucha esperanza" las conclusiones de los informes definitivos aportados por los tres peritos judiciales al titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Santiago, Andrés Lago Louro, que instruye la causa por el siniestro que provocó 79 muertes y dos pendientes de reconocer el 24 de julio de 2013 en Angrois.

En declaraciones a Europa Press, Cristóbal González, el presidente de este colectivo —uno de los dos en que se agruparon los afectados tras el descarrilamiento en la curva de A Grandeira—, ha señalado que entiende que el juez, una vez recabados estos documentos, "intentará buscar otra línea paralela" en la investigación, que tomó ya muy avanzada por parte de su antecesor en el cargo, Luis Aláez.

Así, se ha referido a las peticiones de comparecencias que pidieron a Lago Louro tanto Apafas como la plataforma Víctimas Alvia 04155 y el abogado que defiende al maquinista Francisco José Garzón Amo, sobre las que el juez pospuso su pronunciamiento.

González se ha manifestado este viernes, como lo hizo desde el primer momento, convencido de que la responsabilidad del accidente no fue solo del maquinista, que conducía despistado antes de llegar a la estación de la capital gallega al responder a una llamada telefónica del interventor.

En este sentido, ha apuntado a que el nuevo instructor de la causa arrancó en verano pasado con un proceso que ya por entonces acumulaba miles de folios, pero que ahora "parece que otras pruebas también son convenientes".

Con todo, Cristóbal González ha admitido que "el tema judicial" le "supera", y prefiere dedicarse a asuntos relacionados con la ayuda a las víctimas, en interlocución con la administración. "Sigo sufriendo la tragedia, y el tema de la investigación me genera irritación, me cuesta", ha confesado el portavoz de Apafas.

"sin duda" más seguro con ertms

El informe definitivo de uno de los tres peritos judiciales designados en el caso, el del ingeniero de telecomunicaciones, César Mariñas Dávila, concluye que con el sistema de control de velocidades ERTMS instalado y activo como estaba previsto en el proyecto inicial de la línea Ourense-Santiago, el siniestro "no se hubiera producido".

De esta forma, asevera que "sin duda" era "más seguro el escenario contemplado en el proyecto original" de la línea, "o como ocurre en otras líneas de la red de alta velocidad existente en que la cobertura ERTMS alcanza hasta la misma estación", que la solución que finalmente se adoptó, a la que expone sus pegas.

Por su parte, el ingeniero industrial, José Manuel Lamela, respalda el material rodante, ya que las autorizaciones de puesta en servicio y de circulación obtenidas por los trenes 'Alvia S7300', según su análisis, "se ajustaron y cumplieron, en todo momento, con las normas reguladoras". Con todo, recomienda la participación "externa" de un organismo de certificación en estos procesos.

También detecta actividades de mantenimiento no realizadas adecuadamente, pero sostiene que, "ni en conjunto, ni cada una de ellas por separado, pueden incluirse como causas que hayan podido contribuir al descarrilamiento".