La Policía Nacional ha detenido en Madrid a un hombre de 30 años por compartir material pornográfico infantil en Internet a través de una red privada de intercambio de archivos, supuestamente anónima y bajo contraseña, y utilizando para conectarse la red de Wifi abierta de su empresa para evitar ser detectado.

La operación, llevada a cabo por agentes de la Unidad de Investigación Tecnológica de la Comisaría General de Policía Judicial, ha requerido la utilización de técnicas de ingeniería social para identificar a este supuesto pedófilo, a quien han localizado en un edificio empresarial de siete plantas de Madrid, entre más de 300 trabajadores.

La red privada en la que se intercambiaban los archivos, muchos de ellos de extrema dureza, era utilizada por numerosos pedófilos debido al anonimato que ofrece a sus usuarios y el cifrado de los archivos mediante contraseñas, ha informado la Policía Nacional en un comunicado.

El sistema permite compartir, de forma rápida y privada, archivos de cualquier tamaño con contactos de confianza, de forma parecida a como funcionan muchas redes P2P.

Sólo aquellas personas a las que un usuario del programa haya invitado previamente pueden acceder a la red, navegar por las carpetas que éste comparte y descargar los archivos, conformando un círculo cerrado de pedófilos.

Ante este entorno privado y anónimo, los investigadores han recurrido, entre otras medidas de investigación, a técnicas de ingeniería social para la identificación de los sospechosos.

De este modo han podido localizar a un usuario de este programa, que podría llevar años distribuyendo archivos pedófilos a través de esta red.

Los agentes han descubierto que el intercambio de imágenes de pornografía infantil por parte de este usuario se estaba realizando desde Madrid, concretamente desde un edificio empresarial de siete plantas en el que trabajaban más de 300 personas.

Además, la conexión identificada correspondía a una red WiFi abierta, usada tanto por clientes como por trabajadores, y el usuario investigado ingresaba en la red privada fuera del horario habitual de trabajo de la empresa.

Durante una de estas conexiones, los investigadores, en colaboración con los responsables de la empresa, rastrearon planta a planta el edificio para localizar el dispositivo electrónico desde el que se estaba perpetrando la actividad delictiva.

Así, se detectó la presencia de un individuo que, al percatarse de la presencia policial, llamó la atención de los agentes por la actitud mostrada.

En su mesa de trabajo se encontró un ordenador portátil conectado, con el programa investigado activo y descargando archivos de pornografía infantil, por lo que se procedió a su identificación y detención de manera inmediata.

En el examen superficial del ordenador se comprobó que su usuario compartía miles de archivos pornográficos infantiles con más de 200 contactos que tenía agregados en su cuenta.