Charlie Hebdo, la revista satírica que sufrió un ataque terrorista la semana pasada cuando dos yihadistas asesinaron a 12 personas en su sede de París, ha llegado este viernes por la mañana a los kioscos y librerías españolas, aunque en número muy limitado.

Según ha explicado un portavoz de la distribuidora SGEL, encargada de repartir el semanario, se han recibido menos de 1.000 ejemplares para toda España, de los que una parte han comenzado a venderse en ciudades como Barcelona, Gerona o Tarragona.

El portavoz de SGEL ha indicado que la distribución de estos ejemplares es a clientes habituales "que ya tenían hechas sus reservas" antes del atentado perpetrado el día 7.

En Madrid capital podrán comprarse los 225 Charlie Hebdo que se distribuirán y en el resto de la provincia el próximo lunes.

Algunas personas que por error creyeron que se podría comprar la revista en Madrid han hecho colas en una conocida tienda de libros de la capital.

"Quiero tener un ejemplar por los acontecimientos que han ocurrido; quiero tener una parte de la historia en mi poder, además de ayudar a las víctimas de esa masacre", ha dicho un joven que ha madrugado para poder comprar la revista.

Otra de las personas que han esperado esta mañana, aguantando el frío de primeras horas en Madrid, ha sido una joven francesa que lleva cuatro años viviendo en España y que ha reconocido que lo pasó bastante mal durante los atentados porque conocía a uno de los dibujantes

En los escasos quioscos y librerías catalanas en que ha podido distribuirse el número publicado por los supervivientes del ataque, la revista se ha agotado rápidamente, pues al margen de que han llegado pocos ejemplares, sólo se podían llevar quienes lo habían reservado con anterioridad.

Así, en un kiosko de las populares Ramblas de Barcelona, especializado en revistas internacionales, han llegado apenas una treintena de revistas y todas ellas se han vendido en los primeros minutos.

En la librería francesa Jaimes de la Ciudad Condal aún no tenían los ejemplares esta mañana, debido a problemas de distribución, y las personas que querían la revista debían registrarse a través de la web e ir a buscarla a medida que llegaran, bien esta tarde o mañana sábado.