Según fija la sentencia, fechada el 30 de diciembre y consultada por Europa Press, los hechos se produjeron el 2 de abril de 2011 en casa del ahora condenado, que está divorciado de la madre de la menor, que comió allí ese día con su padre.

"Al terminar (...) dijo de acostarse en su habitación", si bien el padre le dijo "que se quedara en el sofá, y él se recostó en otro sofá cercano", añade el relato de hechos probados de la sentencia, de la que informa este miércoles 'Diario Jaén', y que agrega que el condenado "para satisfacer su apetito sexual", y "estando su hija intentando dormirse", empezó a "acariciarle el vientre".

Entonces, "la menor le dijo que le dejase dormir", si bien su padre le realizó tocamientos. "La menor, sumamente incómoda y sorprendida, le dijo que lo dejase, marchándose a continuación", de acuerdo al relato de hechos probados.

El tribunal de la Audiencia concluye que estos hechos constituyen un delito de abuso sexual a menor de 13 años que viene "agravado con un prevalimiento de parentesco", ya que "llega a la convicción de que los hechos sucedieron en la forma relatada principalmente por la declaración de la víctima".

Así, en la sentencia —que puede ser recurrida en casación— se señala que la menor declaró "sin vacilaciones ni titubeos" en el acto de juicio oral, celebrado el 22 de diciembre del año pasado, por lo que su declaración se considera "ausente de incredibilidad subjetiva, verosímil, firme y persistente" a ojos del tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia.

No obstante, los jueces se apoyan también en otros testimonios como el de la madre de la niña para dictar su sentencia, y en la prueba pericial practicada por una médica forense, quien en el juicio indicó que los hechos pueden ser "creíbles" y que "no aparecen otros hechos que avalen que esa credibilidad no sea real".