El reloj tocaba ayer las ocho de la mañana cuando los vecinos del valenciano barrio de Patraix oyeron una fuerte explosión y empezaron a ver gases en la subestación eléctrica contra la que llevan años protestando porque temen que cause cáncer y porque opinan que desarrolla una actividad de riesgo.

El Consistorio le concedió una licencia de actividad inofensiva, pese a que algunos informes la consideran «actividad molesta y peligrosa». Ante la contradicción, los vecinos pidieron en vano su cese. Ayer, los hechos les dieron la razón y la alcaldesa la clausuró.

El suceso ocurrió por un fallo en la conexión de un transformador, según Red Eléctrica, aunque no se descartó el sabotaje. Unas 50.000 viviendas se quedaron sin luz más de una hora, y hubo daños en la vía pública: cristales por los suelos y una calle cortada para coches y vecinos.

Los gases fueron «inocuos», según los Bomberos, que llevaron equipos especiales que al final no usaron. La Policía acordonó el recinto y recluyó a los vecinos. A continuación, una brigada de limpieza borró del mapa los desperfectos.

El accidente reavivó la polémica sobre la ubicación de la planta, a 200 metros de las casas, y los vecinos volvieron a manifestarse y a exigir su traslado.

La planta la gestionan Iberdrola y la estatal Red Eléctrica. La explosión fue en la parte de Red Eléctrica.

La cierran y se plantean trasladarla

La coincidencia del accidente y de la campaña electoral ayudaron a que los vecinos que llevaban años manifestándose contra la planta lograran su cierre temporal. La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, lo decretó ayer. La Síndica de Greuges (Defensora del Pueblo aquí) ya pidió en febrero su traslado por «peligrosa».

Dinos @ ) + ... si estas plantas son un peligro.

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