'Artistas del cielo y de la tierra' constata la condición seductora de los indios de las praderas

  • Fueron las personas con mayor talla media del mundo —1,72 los hombres adultos—, eran los mejores guerreros y desarrollaron expresiones artísticas.
  • Una exposición sobre los veinte pueblos que vivían en la inmensa llanura central de los EE UU y Canadá conquista al público en una gira itinerante.
  • Poblaron durante 38.000 años la zona, viviendo como nómadas y considerando que su paso por la tierra era un tránsito en el que debían respetar el ambiente.
Estatuilla en madera de un caballo, de la nación Lakota
Estatuilla en madera de un caballo, de la nación Lakota
South Dakota State Historical Society, Pierre, South Dakota, 1974.002.122, Photo: Chad Coppess, South Dakota Office of Tourism
Estatuilla en madera de un caballo, de la nación Lakota

Eran bien proporcionados, estilizados, lampiños, de pelo lacio y de gran altura —los de mayor talla media del mundo en el siglo XIX: 172 centímetros los hombres adultos, dos centímetros más que los europeos—. Tenían una amplia gama de depuradas expresiones artísticas, desde la pintura hasta la cerámica; confeccionaban vestuario pensado no sólo según su uso sino con criterios de belleza estética y vivían en el convencimiento de que el paso por el mundo era un simple tránsito durante el cual debían honrar con la práctica de la armonía el ambiente en el que vivían.

Los indios de las praderas casi cuarenta pueblos distintos, entre ellos algunos de los más conocidos y admirados: apaches, comanches, sioux, crows, pawnees, black foot, lakotas...— poblaron durante unos 38.000 años la inmensa zona de las Grandes Llanuras  que hoy pertenecen a territorio de los EE UU y Canadá. Es una meseta de más de 3.000 kilómetros de largo y 1,3 millones de kilómetros cuadrados de superficie (casi tres veces la de España). Los indios entorpecían el paso a los emigrantes europeos de la costa atlántica que viajaron en sucesivas oleadas hacia el centro y el Pacífico y, por el camino, arrasaron a los nativos.

Todo tiene alma

El éxito en cada una de sus paradas de una gran exposición itinerante, Plain Indians: Artists of Earth and Sky (Los indios de las praderas: artistas del cielo y la tierra) demuestra la continuidad de la condición seductora de las tribus nómadas —los traslados eran a pie antes de que los primeros exploradores españoles, en el siglo XVI, introdujeran los caballos y los indios se convirtieran en los mejores jinetes— y animistas que vivían de acuerdo con un cosmogonía según la cual todos los objetos naturales del universo (humanos, animales, plantas, árboles, rocas, montañas...) y sus fenómenos (tormentas, viento, lluvia, amanecer, atardecer, noche, día...) tienen alma y espíritu y como tal han de ser tratados.

La muestra, que arrasó en el Quai Branly de París en la primavera de 2014 —200.000 entradas vendidas— y acaba de superar con creces la cifra en el museo Nelson-Atkins de Kansas (EE UU) se prepara ahora para viajar a Nueva York, donde será exhibida en el MET entre el dos de marzo y el 10 de mayo. La exposición, coordinada por Gaylord Torrence, uno de los mayores especialistas en los estudios sobre los indios estadounidenses, fundador de uno de los primeros departamentos universitarios sobre la materia y autor de varios ensayos que se consideran de referencia.

Una pipa de 2.000 años

De  las 140 piezas que se exhiben la más antigua —una pipa con forma humana— tiene unos dos mil años de edad y las más recientes son de 2014 —unos modernos zapatos de diseño realizados con técnicas milenarias—. El grueso de la muestra es del siglo XVIII, cuando los primeros comerciantes europeos que se adentraron en las Grandes Llanuras empezaron a hacer trueques con los nativos. También se exponen los objetos que adquirieron o recibieron como obsequio entre 1804 y 1806 los exploradores Lewis y Clark, los primeros en llegar por tierra a la costa occidental de los EE UU y regresar a la oriental.

En las obras mostradas, algunas cedidas por colecciones particulares europeas, domina la singular estética de las tribus de las praderas —basada en el ornamento, la belleza formal y la excelencia de los materiales—. Pueden verse pinturas; dibujos; esculturas en piedra, madera y conchas; cristal tallado; accesorios con plumas; pieles pintadas y ricas prendas de vestuario y calzado. Pertenecen a, entre otras, las culturas de las naciones Osage, Quapaw, Omaha, Crow, Cheyenne, Arapaho, Lakota, Blackfeet, Pawnee, Kiowa, Comanche y Mesquakie.

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