Lo aseguran los informes, más o menos interesados, de portales y analistas inmobiliarios; lo cree la mayoría de españoles; y ahora también lo dice el FMI. El Fondo Monetario Internacional estima que, efectivamente, el precio de pisos y casas en España ya no baja más; que ha tocado suelo.  

En un informe sobre la situación del mercado inmobiliario en estos países, el FMI opina que en España los precios de la vivienda “han llegado o pueden estar cerca de su punto más bajo”. Considera que eso ha ocurrido en nuestro país al igual que en Irlanda, Dinamarca y Holanda, otros tres países que también han tenido su propia burbuja inmobiliaria.

No obstante, el Fondo Monetario Internacional advierte de que aún hay riesgos que pueden alterar la senda de recuperación, especialmente ante un alza de los tipos de interés, que se mantienen inusualmente bajos.

El organismo opina que, pese a los desequilibrios producidos por el pinchazo de la burbuja, se han implementado políticas para estimular la reactivación del sector y evitar que se repitan crecimientos anómalos. No obstante, el FMI reclama ir más allá y propone eliminar gradualmente las deducciones por hipoteca.

El FMI parece olvidar algo fundamental, que para que el precio de la vivienda deje de caer hace falta que los españoles recuperen la iniciativa por comprar casa. Y eso está lejos de sus propósitos. Según el último barómetro del CIS, sólo un 3,5% de los españoles dice tener planes para comprar una vivienda durante 2015.  Normal. Aunque las cifras macroeconómicas digan otra cosa, la economía de la mayoría de las familias españolas, con sueldos –cuando hay sueldo– que no son muchas veces ni de mileurista, no permite pensar siquiera en comprar un piso.

Como dice Sociedad de Tasación en su último informe, dado que la renta real de las familias se mantendrá en niveles similares a los actuales, "continuará la dificultad para acometer la adquisición de una nueva vivienda". O, en palabras de Beatriz Toribio, responsable de estudios de Fotocasa, “necesitamos que los españoles tengan una estabilidad económica que les permita plantearse la compra de una vivienda”.