Technicolor: nombre acortado de una empresa mercantil (Technicolor Motion Picture Corporation) y denominación de un proceso de cine que se impuso como genérico durante las décadas doradas de Hollywood (de los años treinta a los cincuenta del siglo XX) pero, sobre todo, marca registrada aceptada popularmente como adjetivo admirativo: la RAE admite la palabra castellanizada 'tecnicolor' y la define como el "procedimiento que permite reproducir en la pantalla cinematográfica los colores de los objetos".

Decías que una película era "en tecnicolor" y quedaba claro que se trataba de algo glorioso, una obra de resolución saturada y profunda que te invitaba a entrar a vivir en cualquiera de los mundos imaginarios que propusiera el film. En 2015 se celebra el centenario de la fundación de la empresa, que en principio era una pequeña firma montada por tres ingenieros del MIT (siglas en inglés del Institute of Technology, de ahí el tech del nombre de la firma), la prestigiosa universidad privada de Boston (EE UU) entre cuyos egresados hay 76 premios Nobel. Los emprendedores, que en los primeros años montaron el laboratorio de revelado en un vagón de tren, no soñaban lo que les esperaba.

Los cien años se conmemoran con la exposición, In Glorious Technicolor (En glorioso Technicolor), organizada por la George Eastman House, el museo internacional de fotografía y cine de Rochester-Nueva York montado por el fundador de Kodak. Además de la muestra, que estará en cartel desde el 24 de enero hasta el 26 de abril y tendrá una versión en línea (aún no lanzada), será editado el libro The Dawn of Technicolor, 1915–1935 (Los albores del Technicolor), la primera historia detallada de la empresa y el proceso.

La exposición, que tiene también carácter inédito, celebra la "vívida historia de uno de los nombres más conocidos de la industria cinematográfica", una empresa, dicen los organizadores, que "revolucionó" la manera de hacer películas y contribuyó decisivamente al impacto de obras maestras como El mago de Oz (1939) , Lo que el viento se llevó (1939) o Cantando bajo la lluvia (1952), cuyas tonalidades, además de las tramas, la realización y la interpretación, cautivaron al público por la belleza, profundidad y dramático cromatismo.

Los fundadores de Technicolor —Herbert Kalmus (1881-1963), Daniel Frost Comstock (1883-1970) y W. Burton Wescott— inventaron y desarrollaron varios procesos para filmar en color desde 1917, pero alcanzaron la perfección en 1929 y en la década siguiente, con la cámara de tres tiras que exponía a la vez una triada de películas en blanco y negro cada una de ellas filtrada para producir finalmente tres matrices de impresión (cyan, magenta y amarillo) en una sola tira de película, creando una copia de proyección a todo color.

El sistema convenció a los estudios, enamoró al público y se convirtió en el estándar hasta 1952, cuando Eastaman Kodak introdujo una película de color de alta calidad que se revelaba con fáciles procesos fotográficos y no requería cámaras especiales. La última película estadounidense estrenada antes de que Technicolor cerrara su planta de impresión fue El padrino II (1974).

En la exposición de la George Eastman House, a la que se han añadido grandes pantallas que proyectarán de manera ininterrumpida películas y clips rodados en Technicolor de la muy bien surtida colección de copias originales y restauradas que guarda el museo, se mostrarán objetos relacionados con la tecnología y la época, desde vestuario hasta cartelería y una gran colección de fotos de rodaje y ambiente, entre ellas una muy curiosa que demuestra el cuidado con el que se trataba el material: un operario de los estudios guarda una carísima cámara fabricada por Technicolor en una caja fuerte para que pase una noche segura tras una jornada de trabajo.

Otros elementos curiosos incluyen la primera cámara fabricada por la empresa de Boston, pruebas de cámara con el actor Douglas Fiarbanks para El pirata negro (1926) y de Errol Flynn para Las aventuras de Robin Hood (1938) y cortometrajes rodados por pura diversión para mostrar el ambiente de rodaje de películas tan emblemáticas como La reina de África (1951).

Los organizadores anuncian que casi todo el material de referencia de la exposición, junto con hitos creativos, corporativos y tecnológicos en la historia de la compañía y reproducciones digitales de alta calidad de artefactos históricos, nuevos gráficos animados y entrevistas con comisarios y expertos, podrá ser visto por los internautas en la página web de la muestra, que será lanzada el mismo día en que se inaugura ésta. También invitan a compartir experiencias personales en Twitter mediante la etiqueta #Technicolor100.

El libroThe Dawn of Technicolor, 1915–1935, escrito por los historiadores James Layton y David Pierce y editado por la George Eastman House [448 páginas, 65 dólares de PVP], es la primera investigación exhaustiva dedicada al tema. La monografía será presentada coincidiendo con la gran retrospectiva Glorious Technicolor. From George Eastman House and Beyond que este año está programada como una de las secciones de la 65ª edición de la Berlinale, que se celebrará en la capital alemana del 5 al 15 de febrero —serán proyectados una treintena de largometrajes rodados en Technicolor, entre ellos Los caballeros las prefieren rubias (1953), donde el famoso vestido rojo de Marilyn Monroe parece emerger de la pantalla gracias a la intensidad cromática del color de la prenda—.