La pastilla azul o Viagra, ese medicamento que favorece erecciones cuando el cuerpo no las da, sólo se vende bajo receta médica y está indicado para hombres con problemas de impotencia. Pero el joven vasco parrandero le ha buscado otro uso más pagano.

La Dirección de Drogodependencias del Gobierno vasco ha detectado consumos de Viagra por parte de jóvenes fiesteros. Estos recurren a la trampa cuando han bebido tanto alcohol que no pueden mantener una relación sexual. O sea, que no tienen erecciones. Eso sí, deja claro que no se trata de consumos generalizados.

La directora de drogodependencias, Belén Bilbao, explica que en los casos detectados la Viagra se consigue a través de Internet, ya que en farmacia exigen receta. «Y en el supuesto de que lo que estén comprando sea realmente Viagra, se debería tener en cuenta el riesgo de infarto de miocardio que comporta su uso, combinado además con cocaína», alerta. Por su parte, el doctor Roberto Lertxundi prefiere no crear una alarma excesiva.

«Por una vez no pasa nada. Son chavales jóvenes y es difícil que se den infartos, taquicardias y cosas así», explica.

Pero avisa: «Ahora bien, estos jóvenes están siendo los conejillos de indias. Es un medicamento nuevo y aún no están demostrados los efectos de este producto a largo plazo», añade.

Según Lertxundi, el uso combinado de alcohol y Viagra puede provocar una bajada de tensión (mareos, pérdida de equilibrio...). Algo muy indeseable al volante.

Lo que la coca hacía en su día

Forzar artificialmente una erección no es nuevo. «Antes la cocaína cumplía el papel ese de superarse», explica el médico Lertxundi. La Viagra es un medicamento vasodilatador, que favorece la entrada de sangre en el pene cuando la erección no existe o es de poca calidad. Por cierto, «es un producto de alto standing», apunta Lertxundi. La cápsula sale a 10 euros. Precio que puede dispararse en las webs de la Red.