Lo dice un informe de Cetelem, compañía del banco BNP Paribas, que ayer cifró en un 17% la cifra de viviendas que se habitan en alquiler, frente al 50% de países como Holanda o Alemania.

Vivir y, después, comer. Cada catalán gasta 1.758 euros anuales en esta partida. Estamos en la banda alta. 44 de cada 100 euros se destinan a la alimentación envasada. Y otros 40 más, a los productos frescos. Preferimos los supermercados y aprovechamos los sábados para llenar el carro de la compra. Las medianas superficies comen terreno a los híper porque ofrecen variedad y precios competitivos, pero están más cercanos.

Pero no sólo hay que pagar la hipoteca o el alquiler. Luego hay que rellenarla. Primero con electrodomésticos. Éstos suman 452 euros anuales. En total, los catalanes nos dejamos 1.182 millones de euros al año. Las estrellas fueron los televisores planos. Se adquirieron, sobre todo, en las grandes superficies especializadas y los comercios independientes. Una cantidad similar va a ropa. Están de moda las tiendas de saldo.

Muebles modernos

Y luego con muebles, con 316 euros anuales. Preferimos mesas, sillas o armarios de corte moderno (48%), frente al estilo de diseño por el que se decanta el 18%. Las opciones son muy parecidas a la hora de elegir una cocina.

Catalunya es la que más vende todoterrenos. La telefonía móvil gana adeptos a costa de la fija.