El Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS) ha alertado de que las conclusiones de diversos estudios genéticos advierten de que el oso pardo está al límite de la extinción en las provincias de León y Palencia.

Este organización conservacionista con sede en Asturias sostiene que así se desprende de los datos del reciente trabajo de identificación genética desarrollado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), auspiciado por la Fundación Oso Pardo.

El presidente de la fundación, Guillermo Palomero, ha presentado un informe, según el cual, las dos poblaciones cantábricas de oso pardo, la occidental y la oriental, han reducido su aislamiento genético gracias a los cruces, lo que posiblemente mejorará la supervivencia de una especie en peligro de extinción.

Según sus datos, la población occidental que se extiende por unos 2.800 kilómetros cuadrados desde los Ancares lucenses y leoneses hasta la zona central de la cordillera entre León y Asturias, cuenta con unos 200 osos, y la oriental, con 30 ejemplares, que se distribuyen en 2.100 kilómetros de la montaña palentina, la oriental leonesa, montes cántabros y oriente de Asturias.

La organización recuerda que en 2013 la propia Fundación Oso Pardo ya confirmaba que la población de osos que había sido determinada mediante trabajos investigación científica contaba con la presencia de 23 a 25 ejemplares en la población oriental. Para ello se utilizaron igualmente técnicas moleculares, confirmando que existía una total incomunicación entre la población osera oriental y occidental.

En los datos aportados por la propia Fundación Oso Pardo esta semana, los nuevos trabajos de identificación genética solamente consiguen detectar a cinco ejemplares con características genéticas originales de la población oriental. Para FAPAS, este dato confirma que esta población originaria que quedó aislada ha ido disminuyendo hasta llegar a un límite prácticamente de extinción en la actualidad.

Además, denuncia que durante los últimos años el hallazgo de osos muertos en extrañas circunstancias ha sido una constante, y advierte de que muchos de los osos que se identifican en la zona oriental vuelven a sus territorios de origen al otro lado de la cordillera.

"Lamentablemente, tanto la Administración de Castilla y León, como la Fundación Oso Pardo tratan desesperadamente de ofrecer una imagen contraria a esta situación crítica de extinción, realizando lecturas desproporcionadas y tergiversadas de todos los datos científicos", ha denunciado FAPAS.

Agrega que, a la mala imagen social que supone la extinción, hay que añadir "la imperiosa necesidad de justificar ingentes sumas multimillonarias que han sido utilizadas para la supuesta conservación de esta especie en la zona oriental de la Cordillera Cantábrica".

FOP junto con Ignacio Doadrio, del CSIC, han difundido una nota de prensa en la que utiliza el estudio genético sobre los osos pardos cantábricos presentado recientemente por la Fundación Oso Pardo (FOP) en colaboración con el Museo Nacional de Ciencias Naturales-CSIC para criticar la interpretación que se ha hecho por parte de Fapas. Del trabajo promovido por la FOP, que tenía como finalidad el estudio de la variabilidad y la estructura genética de la subpoblación oriental, no se puede extraer de ninguna manera esta conclusión.

Los 26 genotipos diferentes encontrados en la subpoblación oriental representan el mínimo de osos encontrados en un periodo de un año, en ningún momento se trató de hacer un censo genético. Los 26 ejemplares son sólo una parte de esta subpoblación, a la que también pertenecen otros osos que no han sido muestreados ni genotipados, especialmente osas con crías.

Para la asociación, las conclusiones de este estudio son claramente positivas, al encontrar osos con características genéticas occidentales y una proporción muy considerable de osos con características intermedias. Quiere decir que sí existe flujo de genes y que los osos orientales son ahora más diversos genéticamente y que llegan osos migrantes a la subpoblación oriental.