Un estudio concluye que las deportistas pueden incluir bebidas con bajo contenido alcohólico en su dieta habitual

Una investigación que ha estudiado los hábitos de consumo e ingesta de líquidos entre deportistas profesionales, aficionados y una muestra homogénea de personas que no realizan actividad física apreciable concluye que los deportistas pueden incluir bebidas con bajo contenido alcohólico en su dieta habitual.

Una investigación que ha estudiado los hábitos de consumo e ingesta de líquidos entre deportistas profesionales, aficionados y una muestra homogénea de personas que no realizan actividad física apreciable concluye que los deportistas pueden incluir bebidas con bajo contenido alcohólico en su dieta habitual.

El objetivo del estudio es tratar de determinar a través de diferentes encuestas, la relación que pueda existir entre la práctica deportiva, en sus diferentes grados, con los hábitos de vida saludables y en este caso, con la ingesta de líquidos distintos al agua, como las bebidas fermentadas de bajo contenido alcohólico, (cerveza, vino o sidra) y otras bebidas de contenido alcohólico más elevado.

El estudio, promovido por el Centro de Información Cerveza y Salud (CICS) y presentado este miércoles en Alicante, se ha centrado en la 'Comparación de los hábitos de consumo de bebidas con contenido alcohólico de deportistas españoles frente a población control" y ha sido dirigido el doctor Juan Antonio Corbalán, especialista en fisiología del ejercicio y exjugador de baloncesto profesional, del Instituto de Rehabilitación Funcional y Ciencias aplicadas al Deporte de La Salle, junto a los doctores Javier Marco y Cristina Fernández, del Hospital Clínico San Carlos de Madrid

Esta investigación relaciona "por primera vez" los hábitos de consumo e ingesta de líquidos entre deportistas profesionales, aficionados y una muestra homogénea de personas que no realizan actividad física apreciable, según un comunicado de la organización. A pesar de las diferencias de actividad deportiva entre los tres grupos estudiados la cerveza es la bebida con contenido alcohólico consumida de forma moderada por todos los participantes después de la realización del ejercicio físico.

El doctor ha afirmado durante su intervención que el alto contenido en agua y el equilibrio de sus componentes (hidratos de carbono, bajo contenido en sodio y ausencia de grasas) hacen de la cerveza una bebida refrescante con un aporte calórico muy bajo, debido también a que se trata de la bebida alcohólica de menor graduación, en torno a 4º-6º.

"Una caña (200ml.) contiene 90 calorías, lo mismo que un zumo de naranja", según Corbalán que ha subrayado que, además, la cerveza sin alcohol apenas tiene (100 ml./14kcal.), pero conserva las vitaminas y minerales de la cerveza con alcohol. De ahí que la cerveza, tanto si es con alcohol o en su variedad "sin", pueda incluirse en la dieta habitual de los deportistas".

"El simple hecho de poder salir de vez en cuando con tu familia o tus amigos a tomar el aperitivo y compartir unas cañas debe ser la norma, no la excepción ya que no se debe identificar exclusivamente al deportista como una mera fuente de obtener resultados deportivos", ha dicho Corbalán.

Mantener glucosa y atenuar estrés

El catedrático de Fisiología Médica de la Universidad de Granada, Manuel Castillo, ha expuesto que de su investigación sobre la idoneidad de la cerveza en la recuperación del metabolismo de los deportistas tras el ejercicio físico se desprende que el consumo moderado puede contribuir a mantener niveles más altos de glucosa plasmática y atenuar las respuestas hormonales de estrés.

Las maltodextrinas, carbohidratos de gran interés para la nutrición deportiva y presentes en la cerveza, corrigen la posibilidad de hipoglucemia, ya que se metabolizan lentamente liberando unidades de glucosa que pasan progresivamente a la sangre y dan lugar a concentraciones de azúcar en plasma menos elevadas y más extendidas, ha señalado.

Castillo ha asegurado que las necesidades de agua, el elemento más destacado del organismo humano, que representa el 60% del peso corporal, pueden ser variables en cada persona y en función de las diferentes condiciones, como el ejercicio físico o la exposición prolongada al calor, hace necesario que en algunos momentos haya un aporte adicional de líquidos a nuestro organismo.

"Esta ingesta debe ser fundamentalmente de agua, aunque existen otras bebidas como zumos, té o cerveza (siempre que se consuma con moderación por adultos sanos) que pueden contribuir al alcanzar los niveles necesarios de hidratación", ha afirmado.

Además, Corbalán ha indicado que "la acción antioxidante derivada de su contenido en polifenoles la hace especialmente interesante como bebida cardiosaludable, tomada de forma responsable. Por otro lado, es un aporte importante de complejo vitamínico B que, unido a todo lo anterior, puede incidir en un control adecuado de los márgenes de cardiosaludabilidad, a través del control de los factores de riesgo".

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