Los Mossos d'Esquadra han detenido a dos hombres por su presunta implicación en la muerte a tiros de otros dos en Bordils, a pocos kilómetros de Girona. Los cadáveres fueron encontrados en el interior de una furgoneta que había sido abandonada en una zona boscosa. Uno de los arrestados habría confesado que les sorprendieron robándoles la marihuana que cultivaban.

Los hechos ocurrieron poco después de las once y media de la noche, cuando los Mossos recibieron una llamada alertando de los disparos. Poco después, la policía descubrió la furgoneta con los cadáveres, dos hombres de 29 y 40 años, y arrestó a dos sospechosos pasadas las 5.00 horas.

Uno de los dos detenidos, de 47 años, es el arrendatario de Mas Pibernat, la finca cercana a la zona boscosa en la que la policía ha encontrado dos cuerpos en la que vivía desde hacía tres años y dueño de la furgoneta. Hacía unos días que había vuelto a trabajar como barrendero de la población gracias a un plan de ocupación del consejo comarcal.

El otro hombre arrestado, de 64 años, se había trasladado a la casa hacía pocas semanas tras cumplir una condena de cuatro años de prisión por clavar un cuchillo de cocina a un ladrón que entró en su casa cuando vivía en Salt (Girona).

El arrestado más joven habría declarado en comisaría que sorprendieron a las víctimas, una de las cuales iba armada y le encañonó, robándoles la marihuana que cultivaban en un cobertizo —se han encontrado 500 plantas—. Como no era el primer robo que sufrían, al oír el ruido, cogieron la escopeta de caza.

Al verles, los intrusos les encañonaron y empezó una refriega. Durante el forcejeo, el arma de los fallecidos, una recortada, se disparó dos veces. El primer tiro impactó contra el techo y el segundo, en el pecho del intruso más joven. El otro ladrón gritó pidiendo ayuda y el detenido más joven se dio cuenta de que le conocía, el ladrón decidió huir y fue entonces cuando le disparó dos veces por la espalda y lo remató con otro tiro en la cabeza. Ambos eran vecinos de Girona y el mayor había sido detenido por un robo con arma de fuego en Santa Coloma de Farners (Girona). Los Mossos creen que las víctimas tenían un cómplice que les esperaba y que fue quien alertó pues la llamada anónima que reicbió el 112 dio muchos detalles.

Los detenidos han explicado que entraron en pánico por lo ocurrido y porque temían que alguien fuera a por ellos, pues habían visto un coche rojo. Decidieron deshacerse de los cuerpos lanzándolos al río Ter, por lo que los envolvieron con plásticos y los metieron en la furgoneta. Sin embargo, el vehículo se quedó atrapado por el barro a dos kilómetros y optaron por dejar el vehículo y los cuerpos allí mismo, y regresar para limpiar el escenario del crimen.

Tras tomarles declaración, los Mossos han conducido a los detenidos a la casa, que está acordonada, para realizar una reconstrucción del crimen tras la cual serán puestos a disposición del juzgado de guardia de Girona. Durante todo el día la policía y la comitiva judicial han estado recabando pruebas. El jueves se practicarán las autopsias y está previsto que el viernes los detenidos, que no se opusieron a la detención y que han colaborado, pasen a disposición judicial.