La Guardia Civil se percató en 2001 del tráfico con explosivos

Dos confidentes informaron de la trama. El tribunal ha desestimado un careo entre Díaz de Mera y su fuente.
El robo de pequeñas cantidades de explosivos por parte de Antonio Toro y de José Emilio Suárez Trashorras –para su posterior venta– llegó a oídos de las autoridades mucho antes de los atentados del 11 de marzo.Según el ex jefe de la Comandancia de Asturias Pedro Laguna esta información había llegado –ya en 2001– por  vías diferentes: por un lado estaban los confidentes Nayo y Lavandera, que informaron sobre la sustracción de hasta 200 kilos de explosivos a sus controladores policiales. Por otro lado estaban las investigaciones de la Unidad Central Operativa (UCO).

Ante estos indicios, Interior instó a los agentes asturianos a estar presentes en todas las voladuras realizadas en las minas. «Nos hablaban de pequeñas sustracciones de explosivos», matizó ayer José Luis Bayona, jefe de la Unidad de Intervención de Armas de la Guardia Civil.

No habrá careo

El tribunal que juzga el 11-M denegó ayer el careo entre el ex director general de la Policía Agustín Díaz de Mera y el comisario Enrique García Castaño, su presunta fuente, solicitado por dos acusaciones porque no comprende «cuál es el interés».

Sigue el juicio en directo en el especial sobre el 11M, en www.20minutos.es

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