La confianza del consumidor descendió 3,2 puntos en noviembre en relación al mes anterior, hasta situarse en 83,6 puntos (sobre 200), debido a la peor valoración que hacen los consumidores tanto de la situación actual como de las expectativas de futuro, según el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) publicado este miércoles por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

Con este retroceso del indicador, con el que se encadenan dos meses consecutivos de descensos, la confianza del consumidor regresa a niveles inferiores a los del pasado mes de mayo, cuando llegó a situarse en 84,9 puntos.

La bajada de la confianza en el penúltimo mes del año se debió a una disminución de las expectativas de los consumidores de 3,4 puntos, hasta los 95,9 puntos, con perspectivas negativas en todos los componentes del indicador: evolución de la economía, evolución del empleo y situación de los hogares.

A este respecto el 61,5% de los encuestados cree que la situación para encontrar trabajo no será mejor dentro de seis meses.  El 85,5% cree que sus condiciones para ahorrar serán iguales que ahora (57,4%) o peores (28,1%). El 76,1% afirma que la situación de su hogar será igual (55,6%) o peor (20,5%).

Las razones para ese pesimismo se fundamentan en el miedo a perder el trabajo (31,1%) o en la creencia que continuarán el alza de los precios y la inflación (29,1%), a pesar de que la inflación está en negativo desde julio.

A la caída de las expectativas se suma también la experimentada en el indicador de situación actual, que bajó 3 puntos en noviembre, hasta los 71,2 puntos, por la peor valoración que hacen los consumidores de la situación económica actual y del empleo y, en menor medida, de la de los hogares.

Actualmente, el 63,5% de los encuestados afirman no ahorrar nada. El 90,2% de los encuestados no creen que la situación de su hogar sea mejor que hace seis meses: un 56,1% cree que está igual y un 33,5% asegura que la cosa ha ido a peor.

Este dato (el de los que no pueden ahorrar) vuelve a cifras cercanas a las de hace casi dos años, a principios de 2012, tras sufrir una paulatina subida durante 2012 y hasta mayo de 2013 en el que logró su máximo (71,2%), fecha en la que inicio otro moderado descenso hasta las cifras actuales. En cualquier caso, es una tendencia con altibajos:  en septiembre llegó al 61% para subir en octubre al 66,3% y volver a bajar hasta el 63,5% de noviembre.

El 36,5% del exiguo 9,8% que considera que les va mejor, piensa que es por su incorporación (o la de otro miembro del hogar) al mercado laboral. En cambio, para el 33,5% que cree que la va peor, culpan de sus situación al alza continuada de los precios (33,4%), al paro (23,7%) y a la disminución de los ingresos familiares (23,7%).

Otra muestra más de que los ciudadanos no perciben las mejoras en los datos del paro la encontramos en este indicador: sólo un 13,4% considera que ahora la situación para encontrar un puesto de trabajo es mejor que hace seis meses.

El ICC recoge mensualmente la valoración de la evolución reciente y las expectativas de los consumidores españoles relacionadas con la economía familiar y el empleo, con el objetivo de anticipar sus decisiones de consumo. El indicador recoge valores de entre 0 y 200, considerándose que por encima de 100 la percepción es positiva y por debajo, negativa.