Contenedores a rebosar en cuatro distritos de la periferia tras un mes del cambio de contrata

  • Los vecinos de Vallecas, Usera, Carabanchel y Villaverde denuncian retrasos de hasta cuatro días en la recogida de basuras.
  • Trabajadores y asociaciones de residentes anuncian movilizaciones por la suciedades de sus calles.
  • Los vehículos diésel utilizados por la nueva contrata generan demasiado ruido y no pueden pasar por las calles más estrechas.
Una vecina observa una fila de contenedores desbordados de basura.
Una vecina observa una fila de contenedores desbordados de basura.
JORGE PARÍS
Una vecina observa una fila de contenedores desbordados de basura.

Un mes después del polémico cambio del contrato de recogida de basuras en la periferia, los residuos siguen acumulándose en los contenedores. Desde que el pasado 1 de noviembre la nueva UTE encargada del servicio se pusiera a trabajar, los vecinos de los 14 distritos de la periferia afectados no han dejado de denunciar la suciedad de las calles, aunque la situación es especialmente grave en Usera, Villaverde y Carabanchel, donde los camiones de basura pueden estar hasta cuatro días sin aparecer, según han confirmado a 20minutos vecinos de la zona.

"Es un descontrol total. No solo es que tarden mucho en recoger, es que no hay horario: unas veces pasan a las ocho de la mañana, otras a las tres de la tarde... además, se ve que los camioneros no conocen aún las nuevas rutas y a veces parece que se pierden", asegura Julián Teso, portavoz de la asociación de vecinos La Amistad de San Luciano (Villaverde).

A eso hay que sumar los nuevos camiones diésel utilizados por la contrata, que, aparte de contaminar más, no pueden circular por las calles más estrechas de la ciudad, en las que no pueden prestar el servicio y provocan accidentes con vehículos estacionados en otras calles. "Además, los vehículos hacen mucho ruido y molestan, sobre todo cuando pasan de madrugada", afirma Paco Rodríguez, presidente de la asociación de vecinos del barrio de Zofío (Usera). "Lo peor es lo de los cubos amarillos, están siempre a rebosar y los vecinos  ya no encuentran sitio donde depositar los residuos", explica Pedro Casas, de la asociación de vecinos de Carabanchel Alto.

Ante esta situación, la Coordinadora de Asociaciones Vecinales de Vallecas y los trabajadores de las empresas de limpieza viaria de los distritos de Puente y Villa de Vallecas han iniciado una campaña para denunciar la suciedad de la vía pública. La campaña, que responde al hastag #VkestaSucio, se ha viralizará en las redes sociales, y a la misma se irán sumando los próximos días los demás distritos afectados por los recortes. La campaña culminará el jueves 18 de diciembre con una concentración frente a la Junta Municipal de Puente de Vallecas.

Aparte, también se ha creado un blog y un portal en facebook para que los vecinos cuelguen las fotos de suciedad en sus calles.

Desde la Fravm justifican estas movilizaciones en que el servicio de la recogida de basuras se ha deteriorado gravemente en los últimos años: "Basta dar un paseo por Vallecas para observar la acumulación de suciedad en calles y aceras". Los vecinos de Vallecas, por ejemplo, han contabilizado retrasos de hasta tres y cuatro días en la recogida de basuras. Además, los empleados denuncian que carecen de los equipos de protección básicos correspondientes la mezcla de residuos seleccionados para el reciclaje.

Un problema "puntual"

Nada más iniciarse el contrato, tal y como informó este periódico, los vecinos ya protestaron por la calamitosa imagen que mostraban los cubos de basura, completamente llenos y a rebosar. El Consistorio reconoció entonces que había "alguna disfunción" debido a que se estaba retrasando "la puesta a punto de la maquinaria", pero se insistió en que era algo puntual debido a desajustes en la puesta en marcha del sistema operativo. Ahora, un mes después, el Ayuntamiento no ha querido hacer declaraciones al respecto.

Y es que el nuevo contrato de recogida de basuras no ha hecho sino acumular críticas incluso antes desde que se firmara. Después de que la empresa que llevaba desde 1940 realizando el servicio, FCC, se negara a prorrogar el contrato debido a la imposibilidad de convertirlo en una actividad rentable, el Ayuntamiento sacó a concurso uno nuevo, de un año de duración, que fue adjudicado por 69,1 millones de euros a una UTE formada por las empresas Urbaser (ACS) y Cespa (Ferrovial).

El Gobierno local había fijado un tope de 107,2 euros por cada tonelada recogida para el concurso, pero la alianza Urbaser-Cespa rebajó el precio un 10%, a mucha distancia del 0,36% que ofrecía Valoriza (Sacyr) y del 0,7% de la de FCC. Esta última empresa aseguró incluso que rebajar más el servicio era "imposible", sobre todo cuando el pliego de condiciones impedía la reducción de plantilla.

De hecho, las condiciones firmadas por la UTE pusieron en guardia a los sindicatos, a los que tampoco cuadran las cuentas, y que enseguida amenazaron con movilizaciones y huelgas en caso de que se produjera algún despido o cambio en sus condiciones laborales, lo que podría poner al Gobierno de Ana Botella en una situación incluso peor a la del año pasado, cuando una huelga de limpieza viaria de 13 dias de duración dejó la ciudad de Madrid llena de suciedad y desechos.

Además, al poco de comenzar el servicio, la nueva UTE tuvo que usar camiones con motores diesel. Los anteriores usaban gas licuado, pero como la nueva UTE no disponía de suficientes surtidores de gas, el Ayuntamiento de Madrid tuvo que expedir un permiso a ACS y Ferrovial para que utilizara vehículos a gasoil, prohibidos por ser más contaminantes.

Los sindicatos y la propia FCC critican que el problema de fondo estriba en que ahora hay dos empresas distintas que se dedican a la recogida de basuras de la ciudad: FCC, que sigue prestando sus servicios en el centro, y la nueva UTE, que trabaja en los 14 distritos de la periferia. "Antes el servicio lo prestaba solo FCC, lo que permitía que se aprovecharan mejor los recursos. Este contrato es solo una chapuza que se ha hecho para salir del paso mientras se espera a 2015, después de las elecciones, cuando se firme un nuevo contrato a largo plazo y para toda la ciudad", explica un portavoz de UGT.

Los trabajadores del servicio de recogida de basuras creen que la actual UTS también se hará cargo de este nuevo contrato, sobre todo después de las fuertes críticas de la anterior empresa adjudicataria al proceso de contratación, que incluso ha llevado el asunto a los tribunales.

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