Sirva como ejemplo Albert Einstein, Plaza de Toros, Campo del Príncipe, San Agustín o Plaza Larga, cuyos residentes agradecen el descanso tras soportar durante años las consecuencias nocivas de este fenómeno.

Las asociaciones de vecinos de los barrios tradicionalmente afectados por el botellón ven «un importante cambio» desde la aplicación de la ley, mejora que se ha visto favorecida, aseguran, a raíz de la inauguración del botellódromo, hace apenas un mes.

Allí, cada fin de semana se reúnen entre 3.000 y 5.000 jóvenes, excepto en ocasiones especiales, como ocurrió en las pasadas cruces, cuando la cifra llegó a las 11.000 personas. En este sentido, el concejal de Juventud, Juan Antonio Fuentes, afirma sentirse «muy satisfecho porque hemos conseguido reconducir los botellones hacia un único espacio y ganar en calidad de vida».

La Policía Local ha tramitado desde enero más de mil multas por beber alcohol en la vía pública, penalizaciones que han disminuido «a medida que los jóvenes han conocido las nuevas prohibiciones», comentan fuentes del cuerpo local.

Los vecinos opinan

A VV. Realejo: Carmen Nestares, la presidenta de la asociación, destaca: «Ya no hay botellón en el barrio y la Policía está muy pendiente».

A VV. Centro: «Por fin se han acabado los destrozos en el centro y los jóvenes tienen el espacio que querían», afirma Javier Guadalupe.

A VV. Plaza de Toros: Manuel Morcillo, el presidente, dice que ya «apenas se escucha ruido de noche los fines de semana».

A VV Ronda: José Vargas pide que «se controle más a los chavales» cuando regresan del botellódromo.