30 familias, obligadas a dejar los pisos de realojo

Algunas llevan 10 años. El Ayuntamiento dice que no hacen por buscar empleo y normalizarse, que sus hijos faltan a clase, o que tienen deudas.
Jesús Dual y su familia. (Pablo Elías)
Jesús Dual y su familia. (Pablo Elías)
Jesús Dual y su familia. (Pablo Elías)
Un total de 30 familias necesitadas de Valladolid deberán dejar las casas en las que viven en los próximos meses al incumplir, según el Ayuntamiento, con el programa de alojamiento provisional. Aunque todavía no hay una fecha exacta para su expulsión de las viviendas, a todos los afectados les ha cumplido ya el plazo que los habían dado, si bien algunos han pactado una fecha con la Concejalía de Bienestar Social para abandonar los pisos en los que habitan.Cada caso es distinto y muchos llevan incluso diez años viviendo en estas casas sociales, propiedad del consistorio. No tienen que pagar nada, excepto la comunidad y los gastos de luz, agua..., pero deben cumplir una serie de normas que el Ayuntamiento dictó en 2004, con el fin de que su estancia en las viviendas no fuera perpetua y todos normalizaran su situación.

«Se van porque no han cumplido las normas», dice la concejala de Bienestar Social, Rosa Hernández. «Es justicia social. Hay otra gente que también necesita la ayuda. Si no ponemos unas pautas tendríamos que comprar todas las viviendas de Valladolid para solucionar este problema», concluye.

Normas a cumplir

Para poder acceder al alojamiento provisional, ninguno de los miembros de la familia puede tener antecedentes penales por drogas, los hijos han de acudir a clase con asiduidad, los padres no pueden contraer deudas con la comunidad y tampoco rechazar ofertas de empleo o de formación. Las normas, creadas en 2004, establecen un plazo de tres años para vivir en las casas municipales. Sin embargo, en abril, se estableció la posibilidad de ampliar la estancia si, a propuesta de los trabajadores de acción social, se consideraba un caso especial.

En apuros

Varias familias han comenzado a moverse para permanecer en sus viviendas. Una de ellas solicitó un certificado a la asociación de vecinos de Parque Alameda para demostrar que no tienen problemas de convivencia. En la asociación confirmaron que se lo han hecho.

Llegaron a la calle soto en 1997

Jesús Dual. 45 años, en el paro.

«Mi mujer está de los nervios desde que nos lo dijeron»

Vivían en un piso de 26 m2 en las casas de la calle Arca Real, que hoy ya no existen. En 1997 los alojaron en la calle Soto. Jesús, su mujer y sus cuatro hijas (una ya se ha casado) sabían que el piso no era para ellos, pero nadie les puso plazos. Sin embargo, en 2004, les avisaron que tenían tres años para irse y unas normas por cumplir. «Es que sigo sin empleo. Si yo quiero trabajar pero no encuentro. Me he prestado voluntario para cursos de formación y tampoco hay manera. El Ayuntamiento sólo me ha mandado a uno y nos dijeron que cobraríamos a los dos meses y medio de empezar, así que lo tuve que dejar. Pero mis hijas no faltan a clase y la convivencia es buena. Hombre, hay algunos vecinos que como somos gitanos... aunque otros muchos han dicho que si nos echan se manifiestan con nosotros. Es inexplicable. ¿Dónde vamos a ir? Mi mujer está de los nervios desde que nos lo dijeron».

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