Dos familias se enfrentan por una herencia de 10 millones

  • La fortuna pertenecía a unos tíos en común.
  • Los demandantes han denunciado coacciones para que no se cambiara el testamento.
  • Una de las familias reclama la totalidad la herencia.

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 6 de Fuengirola (Málaga) vió el martes la demanda presentada por una familia de Pruna (Sevilla) a otra de Málaga por una herencia de diez millones de euros tras la muerte de los tíos de ambas ramas familiares, que fallecieron sin descendencia, intentando conciliar a las partes de tal forma que los demandados entregasen parte de la misma a los demandantes.

Según informó el letrado de los reclamantes, Fernando Osuna, antes de entrar a exponer el objeto de litigio intentó alcanzar un acuerdo con las partes "que fue rechazado por la familia de Málaga, que mantiene que tienen el derecho sobre el cien por cien de la herencia".

Así, ante la falta de acuerdo Osuna expuso el motivo de la demanda, las supuestas coacciones de los sobrinos de Málaga para que el fallecido no cambiara el testamento, incluyendo a los otros herederos, hechos que fueron negados por el letrado de los demandados, que defendió la legitimidad de la herencia.

Por último, la juez ordenó que se tomase declaración a los testigos y a los demandados el próximo 18 de julio en el Juzgado de Instrucción y Primera Instancia número 3 de Fuengirola, que se hará ahora cargo de la demanda, tras un reajuste de los Juzgados.

El reparto

El matrimonio había hecho público su deseo de repartir su herencia entre todos los sobrinos, sin embargo, ella murió el 17 de mayo de 2001 por causas naturales y él se quitó la vida el 20 de junio de 2002, tras una depresión por la muerte de su mujer, sin que cambiaran su testamento, en favor de los propios cónyuges, para incluir a los tres sobrinos de Pruna, que son los demandantes, según la demanda.

Una de las sobrinas de Pruna, familiar de la mujer, fue la persona que "atendió a su tío", mientras que el familiar directo de éste "nunca se preocupó de su salud, sino exclusivamente de sus bienes".

Así, señala que "llegó a ejercer coacciones e intimidaciones sobre su tío para que no otorgara de nuevo testamento, siendo su tío fácilmente influenciable por su edad y su estado de salud".

De igual modo, destaca que el interés en que no se otorgara nuevo testamento "radicaba en que si así lo hacía, todos los sobrinos serían instituidos herederos, pero si moría sin revocar el anterior, al haber fallecido su esposa, única heredera y ser imposible, se quedarían con todos lo bienes".

Por último, la demanda indica que incluso semanas antes de su muerte el sobrino lo llevó a un médico psiquiatra "con el fin de acreditar que no se encontraba en plenitud de sus facultades mentales" para cambiar el testamento.

Tras la muerte del anciano la familia de Sevilla ha intentado llegar a un acuerdo sobre la herencia que ha sido imposible, por lo que decidió acudir a los tribunales.

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