Fue en 2004 cuando los 200 puestos de vendedores ambulantes fueron trasladados desde A Grela al Agra dos Mallos. A vecinos y comerciantes les dijeron entonces en el Ayuntamiento que era una solución temporal. Pero ya han pasado tres años.

En la estación de tren

Los vecinos insisten en que el barrio no quiere desprenderse del mercadillo. En la asociación quieren ir paso a paso y completar la urbanización de la zona. «Cuando se haga la estación intermodal en San Cristóbal deberían convertir el tramo paralelo de la avenida de A Sardiñeira en bulevar y poner allí los puestos», explica Eduardo Souto, presidente de la entidad vecinal.

Los vendedores ambulantes tampoco ven idónea la situación actual del mercadillo de Os Mallos. Se quejan del estado de la explanada de 7.000 metros cuadrados en la que exponen y venden su mercancía. En este sentido, denuncian las dificultades que tienen los

días de lluvia y viento porque el mercado carece de infraestructuras tan básicas como la de red de pluviales.

«Tiene que instalarse de una manera adecuada, trasladar los puestos al futuro bulevar y urbanizar la explanada actual», comentan desde la entidad vecinal, en la que apuestan por conectar A Sardiñeira con la avenida de Arteijo.

En la zona de la estación de San Cristóbal podrían instalarse los puestos «en mejores condiciones», insiste Eduardo Souto.

Un auténtico motor económico

El mercadillo de Os Mallos abre sus ‘puertas’ seis días al mes. Son 200 puestos los que ocupan la explanada de 7.000 metros cuadrados del Agra dos Mallos, en los que se vende de todo y siempre a buen precio. Con buen tiempo puede llegar a recibir miles de visitantes. Abre todos los martes del año y el segundo y tercer sábado de cada mes.