Atienden las llamadas ciudadanas al 010 alertando de la presencia de ratas en algún lugar determinado, pero también controlan los puntos del censo de desratización de otros años. Los operarios colocan el cebo y realizan un control para ver si desaparece. Una vez que se aseguran de que las ratas ya no están, se otorgan tres meses de plazo para volver a vigilar la zona. Si el problema se ha solucionado, se hace un control rutinario cada seis meses o un año.

Fuentes del Instituto de Salud Pública confirmaron que el número de cinco salidas diarias para matar ratas está siendo similar al del año pasado. Sin embargo, explican que se están recibiendo menos llamadas en el 010 que en temporadas anteriores y animan a la gente a denunciar los lugares con posibles focos de ratas.

Las zonas cercanas al río y al Canal Imperial son las más problemáticas, sobre todo ahora que se están realizando obras en las riberas porque se remueve la tierra y se saca a los animales de su hábitat natural. Los solares llenos de suciedad también suelen albergar estos animales.

El cebo químico que se utiliza se coloca siempre en el subsuelo o en las madrigueras para evitar incidentes con perros o niños y contiene pequeñas dosis de veneno por el mismo motivo. De esta forma, el animal se va debilitando y muere días después.

Cucarachas y hormigas

El teléfono 010 está recibiendo todavía más quejas por hormigas y cucarachas que por ratas. Las brigadas municipales sólo atienden los casos que afectan a la vía pública, pero en las viviendas también se detectan decenas de casos cada día que recurren a empresas de desinfección privada. Las cucarachas viven más con el calor y las hormigas también proliferan en esta época. Las termitas y las chinches de cama son otros de los insectos que más problemas causan.