En un principio, la Feria de Sevilla se iba a celebrar a la par que la de Mairena del Alcor, que siempre se celebraba a mediados de abril, pero para que ésta no se viera perjudicada se decidió que sería a la semana siguiente.

¿Cómo era la Feria del S. XIX?

Como era de ganado, tenía abrevaderos y hasta revolcaderos de barro para los cerdos. Donde había mercado tenía que haber también reposo, así que ya en 1847 aparecen los primeros puestos de buñuelos de las gitanillas y los quioscos de aguardiente.

¿Por qué surgen las casetas?

Para atar a los maridos. Fue curioso. Las señoras estaban celosas de las gitanillas porque los caballeros iban a sus puestos cuando salían de los toros o hacían un descanso. Son ellas las que deciden que hay que montar casetas particulares para descansar.

¿Cómo empezaron?

El primer año era más libre porque el Ayuntamiento no tenía control sobre las casetas. La montaba quien quería: particulares, peñas, casinos y organizaciones.

¿Cómo eran?

Al principio seguían el estilo de las casetas militares; es decir, cilíndricas. Más tarde, el pintor Gustavo Bacarisas fue el que diseñó la caseta actual. Las señoras las adornaban mucho, las embellecían con objetos de sus salones. ¡Las sevillanas rivalizaban a ver quién la ponía más bonita!

¿Qué música tenían?

Toda la música era en directo. Los más pudientes hasta se llevaban los pianos de sus casas y se tocaban las sevillanas en el piano. ¡Qué bonitas!

Una caseta emblemática...

La Caseta del 77. Ha sido la más pintoresca. Tenía una placita de toros para hacer becerraditas. ¡Y hasta un pozo de donde se sacaba el vino!

¿Cómo se vestía la gente?

Las señoras, con traje largo de noche y sombreros. Las gitanas no llevaban al principio trajes de volantes, sino lisos hasta abajo. Los caballeros, con traje campero, de calle, aunque los ancianos más respetables llevaron chisteras.

BIO

(Izda.) Es doctor en Historia, periodista y profesor honorífico del Curso de Temas Sevillanos. Supera los 80 años y tiene una calle dedicada.