Al menos cuatro personas murieron y trece más resultaron heridas hoy a consecuencia de la explosión de dos bombas en un mercado de Khost (este de Afganistán ). Por otro lado, cinco talibanes y un policía murieron en un enfrentamiento en la carretera, según anunciaron fuentes oficiales.

El primer estallido ocurrió en un concurrido mercado de la capital de la provincia, Khost, dentro de una tienda de teléfonos móviles, y causó la muerte a una persona y heridas a siete más, informó el director del hospital provincial, Gul Mohammad Mohammadi. El director añadió que recibieron a ocho heridos, uno de los cuales murió más tarde.

Poco después de la primera explosión, dos policías en la zona dieron el alto, con disparos al aire, a un individuo que llevaba un bulto en la espalda y que echó a correr tras ver a los agentes, informó el jefe de la Policía provincial, Mohammad Ayoub.

Los agentes le dispararon cuando el individuo se acercó a las tiendas del mercado, y en ese momento se produjo la explosión, que causó la muerte de tres personas e hirió a seis más, entre ellos los dos oficiales, uno de los cuales se encuentra en estado crítico.

Además, los insurgentes llevaron a cabo una emboscada contra un convoy de la Policía afgana en la carretera que discurre entre el distrito de Zurmat y la capital de la provincia de Paktia, Gardiz, también al este del país, según afirmó hoy el jefe de la Policía provincial, Abdul Rahman Sarjang.

Sarjang informó que cinco talibanes y un policía murieron, mientras que otro policía resultó herido en el enfrentamiento, registrado ayer. Asimismo, los cadáveres de los insurgentes continúan junto a sus armas en el campo de batalla.

El pasado jueves, el máximo dirigente de la OTAN en el país, el general Dan McNeill, advirtió durante una rueda de prensa de que los talibanes podrían recurrir a ataques suicidas y explosiones, después de haber "perdido la capacidad" de atacar con fuerzas regulares.

La llegada de la primavera ha recrudecido las hostilidades en Afganistán, donde el año pasado murieron unas 4.400 personas, un millar de ellas civiles, y en lo que va de 2007 las víctimas se cuentan por centenares.