La consellera de Educación, Cultura y Universidades de Baleares, Joana Maria Camps, dejará su cargo tras haber sido anulado por parte del Tribunal Superior de Justicia de Baleares (TSJIB) el decreto que regula el Tratamiento Integral de Lenguas (TIL) .

Camps será sustituida por Nuria Riera, actual consellera de Administraciones Públicas y portavoz del Ejecutivo balear. Riera se convertirá en la tercera consellera de Educación de la legislatura, después de que el primer responsable del área, Rafael Bosch, fuera sustituido por Camps en mayo de 2013 en el marco de una amplia remodelación del gabinete.

Bosch fue el encargado de la elaboración del TIL pero su implementación, y la gestión del conflicto que ocasionó por la oposición frontal de buena parte de la comunidad educativa, correspondió a Camps.

El Govern balear tiene previsto dar a conocer los cambios que afectan al Ejecutivo autonómico en una rueda de prensa que se celebrará este viernes al mediodía.

El decreto, que regula el trilingüismo, fue declarado este martes nulo por el alto tribunal balear, que consideró que había sido aprobado sin la "imprescindible" consulta a la Universidad de las Islas Baleares. El Estatuto de Autonomía consagra a la institución universitaria como órgano consultivo preceptivo en todo lo referente a la regulación de la lengua catalana.

A través de tres sentencias estimaba los recursos presentados por CC OO, STEI y UGT contra la norma aprobada en 2013. El TIL, que establecía la enseñanza de catalán, castellano e inglés a partes iguales, ha sido la causa principal del conflicto entre la Conselleria de Educación y buena parte de la comunidad educativa, que ha llevado a cabo diversas jornadas de huelga y numerosas protestas.

A día de hoy, tras los sucesivos fallos del Tribunal Superior de Justicia contra el decreto de trilingüismo y la orden para su aplicación, el Govern sostiene que la normativa está vigente, mientras que la Asamblea de Docentes, impulsora de las protestas junto a los principales sindicatos educativos, aboga por ignorar una regulación que considera derogada.