Antonio O., el supuesto pederasta de Ciudad Lineal que ha sido detenido en Santander, se refugió y pudo cometer algunas de las agresiones sexuales en un apartamento de una zona de Madrid donde le resultaba muy sencillo pasar desapercibido.

Este hombre, de 42 años y con antecedentes penales, disponía de una vivienda en la calle Samaniego, número 12 (distrito de San Blas-Canillejas), ubicada en el Polígono de las Mercedes. Se trata de una zona tranquila donde antes había multitud de empresas y ahora han proliferado los apartamentos en régimen de alquiler.

"Es una zona perfecta para pasar desapercibido. Nadie se conoce porque al ser apartamentos de alquiler hay mucha gente nueva constantemente", asegura la propietaria de un inmueble. "El edificio es un constante ir y venir de gente. Yo llevo un año y medio viviendo aquí y no conozco a ningún vecino", ratifica un inquilino. "Es un lugar muy tranquilo. Aquí no hay vida de barrio", concluye otro vecino.

Ni el portero del edificio, ni los empleados de mantenimiento, ni los vecinos son capaces de reconocer la foto de Antonio O.. También desconocen cuál es el apartamento que usaba. "No tengo ni idea de quien puede ser ni de cual puede ser su casa", afirma el portero de la finca, quien confirma que "la policía aún no ha venido a registrar el apartamento".

Tampoco la empresa que se encarga de alquilar algunos de los apartamentos sabe nada del supuesto pederasta. "Su nombre no figura en nuestra base de datos. No hay nadie que haya alquilado una vivienda con ese nombre", asegura una trabajadora de Managering Madrid. "Es posible que otra persona lo haya alquilado por él o que se lo haya alquilado directamente a algunos de los propietarios", añade.

El alquiler del inmueble no ha supuesto ninguna dificultad para Antonio O.. No son muy exigentes con los requisitos. Basta con mostrar el DNI y el pago de una pequeña fianza para poder acceder por el tiempo que se desee a uno de los 390 apartamentos de uno y dos dormitorios de los que dispone la finca. El importe de un apartamento de un dormitorio, de 42 metros cuadrados, ronda los 500 euros.

El anonimato que proporcionan estos apartamentos y la facilidad de acceso a ellos son los principal motivos para que estos edificios sean utilizados habitualmente por narcotraficantes y prostitutas para sus actividades, según denuncian los vecinos. "La policía viene por aquí con frecuencia por temas de drogas. También hay muchas prostitutas con apartamentos alquilados".