Además de ocupar un espacio excesivo para el frente que tiene el local, en la mayor parte de los establecimientos manipulan la licencia, de forma que cuando está próxima a su vencimiento, «incluso ellos mismos con un rotulador modifican la fecha», aseguran desde el Concello.

A pesar de la normativa, todavía no se ha puesto ninguna sanción. Y es que la falta de vigilancia está a la orden del día y esto crea problemas entre los propios hosteleros.

Desde el Concello aseguran que «los dueños de bares saben que la normativa se incumple. Por eso a veces nos piden la licencia como la de su vecino y hay que hacerles entender que éste incumple la normativa y que si se quiere eso, habría que pagar más».

Según el bando municipal, las calles de Vigo se han dividido en seis grupos y las tarifas varían en función de la situación. Sin embargo, la Policía Local no controla el cumplimiento de este bando (a pesar de los requerimientos del personal municipal), lo que hace aumentar el problema. De hecho, los vecinos tienen ya dificultades para caminar en calles tan céntricas como Rosalía de Castro, María Berdiales, Ronda de Don Bosco o El Pilar, donde las mesas ocupan más de la mitad del ancho de las aceras.

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Podrían eliminarse

Según la modificación de la ordenanza de ruido que ayer se publicó en el Boletín Oficial de Pontevedra, las terrazas en las zonas acústicamente saturadas podrían llegar a eliminarse. Una posibilidad que no ha sentado bien ni entre los vecinos ni entre los hosteleros, que consideran que en zonas como Montero Ríos «hace más ruido el botellón».