Harry, el príncipe crápula

El hijo pequeño de Carlos de Inglaterra comienza su formación militar tras una juerga.
El príncipe Enrique con dos de sus cuadros.
El príncipe Enrique con dos de sus cuadros.
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El príncipe Enrique con dos de sus cuadros.
El príncipe Enrique, conocido como Harry, tercero en la línea desucesión a la Corona británica, acaba de abandonar dos años de juerga,polo y relax. El domingo inició su formación militar en la academia deSandhurst, pero antes dejó otra huella en su famoso expediente díscolo.

El sábado se despidió de su libertad con un amigo y una granborrachera. Según The Sun, se subieron al coche de su chófer tan ebriosque dejaron la puerta abierta y se llevaron otro vehículo por delante.Pero esto ya es pasado. En las próximas 44 semanas será uno más de los270 reclutas de la academia: tendrá un duro entrenamiento, no podrábeber alcohol, planchará sus camisas, se hará la cama, no podráutilizar su móvil... ni ver a su novia, Chelsy Davy, en cinco semanas.

Una escandalosa vida

Primeras tropelías: Cuando Enrique tenía 16 años (en 2001), pasó dosmeses solo en su casa de Highgrove, donde organizó fiestas en las queadmitió haber fumado marihuana y haberse emborrachado. Tras elescándalo visitó un centro de rehabilitación para toxicómanos.

Académico: Una profesora del colegio Eton lo acusó de haber hecho trampas en los exámenes del último curso. Y el desastroso examen de informática que hizo para entrar en la academia militar, también levantó ampollas.

Agresivo: En 2004 le rompió el labio a un paparazzi, estando ebrio.Lo mandaron a Argentina para que se tranquilizara, pero allí seescapaba para ir de juerga.

Político: Provocó enorme polémica su disfraz de nazi en una fiesta. Carlos de Inglaterra lo castigó a trabajar en una granja.

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