Prisión para los guardias urbanos detenidos en la operación contra la prostitución ilegal

  • Dos empresarios arrestados también han ingresado en prisión provisional.
  • Seis personas fueron detenidas el lunes, elevando a 25 el número de arrestados.
  • El caso, bajo secreto sumarial, podría estar relacionada con la prostitución ilegal y el blanqueo de capitales.
  • Los vecinos aseguran que se ofrecían servicios sexuales y sospechan que los taxistas recibían comisiones por llevar clientes.
Dos hombes pasan por delante de El Fuego, en la calle Còrsega de Barcelona, uno de los prostíbulos clausurado con motivo de una operación contra la prostitución ilegal.
Dos hombes pasan por delante de El Fuego, en la calle Còrsega de Barcelona, uno de los prostíbulos clausurado con motivo de una operación contra la prostitución ilegal.
GUILLEM SÁNCHEZ/ACN
Dos hombes pasan por delante de El Fuego, en la calle Còrsega de Barcelona, uno de los prostíbulos clausurado con motivo de una operación contra la prostitución ilegal.

La magistrada del Juzgado de Instrucción 10 de Barcelona ha dictado este lunes prisión provisional para los cuatro agentes de la Guardia Urbana —uno de ellos, un cabo— detenidos en el operativo contra la prostitución en Barcelona, según ha  informado el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). El Ayuntamiento de Barcelona ya les ha suspendido de empleo y sueldo cautelarmente y les ha abierto un expediente.

Otros dos detenidos, dos empresarios, también han ingresado en prisión provisional por orden judicial. Asimismo, este lunes los Mossos d'Esquadra han arrestado a otras seis personas presuntamente vinculadas a una red de prostitución en Barcelona, lo que eleva a 25 el número total de detenidos en esta redada.

La operación, que se ha dado este lunes por acabada, se llevó a cabo durante el pasado fin de semana, cuando un amplio dispositivo policial registró prostíbulos y varios pisos donde presuntamente se ejercía la prostitución, entre ellos el Night Beach, en la calle Valencia, y El Fuego, en la calle Còrsega, que han sido clausurados igual que seis pisos relacionados con estos locales. También se registró de madrugada, cuando estaba lleno de gente, el Teatre Principal de Las Ramblas,  que sigue abierto.

El Juzgado de Instrucción número 10 de Barcelona es el encargado de la investigación, que se encuentra bajo secreto de sumario. Los Mossos sostienen que se trata de una "organización criminal", pero fuentes jurídicas han explicado que se les podría atribuir un delito de blanqueo de dinero. De los 25 detenidos algunos ya han quedado en libertad a la espera de ser llamados por la jueza. La policía catalana arrestó a los agentes de la Guardia Urbana por presuntamente formar parte de esta estructura mafiosa.

Un local "serio"

El Fuego, del mismo propietario que el desaparecido Bailén 22, era un local "muy decorado" y "serio" en el que se podían ver espectáculos de contenido erótico o contratar servicios sexuales, que proporcionaban "mujeres exquisitas", "jóvenes y muy vestidas", según los vecinos, quienes aseguran que los clientes eran sobre todo turistas que venían aconsejados por los taxistas, los otros "grandes beneficiados".

El local ocupa los bajos del número 257 de la calle Còrsega, que antiguamente habían sido una sucursal del Banco Santander, y en él se ejerce la prostitución desde hace años, primero bajo el nombre de Show tentación y después, con el de Divina tentación. Hace poco más de un año, el actual propietario lo compró y lo bautizó como Fuego. El dueño también alquiló la planta principal de la misma finca, una superficie de 350 metros cuadrados, antigua sede del colegio de médicos de la ciudad.

Los vecinos explican a ACN que el dueño decía que era un espacio destinado "a oficinas" e, incluso, en la puerta cuelga un cartel con la inscripción "Gestoría G. Grupo". Sin embargo, aseguran que las mujeres de la limpieza bajaban cada mañana "cargadas con bolsas llenas de botellas". Uno de los vecinos indicó que se trataba de un local "serio" y "muy, muy decorado" en el que se podían espectáculos eróticos o pornográficos, una oferta "muy similar a la del Bagdad".

Las mujeres, además de hacer shows de lap dance (baile sobre los clientes) o al escenario, también ofrecían "servicios sexuales". Esta persona remarca que los propietarios "trataban muy bien" a las trabajadoras y admite que él mismo, "profesional del mundo de la noche", recomendó "dos amigas" al responsable del local. Según le dijeron después, se podían sacar "hasta 3.000 euros en una sola noche". Eran muchas las trabajadoras sexuales del Fuego, quizás "más de 60 o 70".

Algunos de los inquilinos del edificio aseguran haber sufrido durante el último año un trato "amenazante" por parte de algunos empleados. Vecinos del fincas cercanas, en cambio, dicen que el equipo de seguridad del local —formado por "gente normal" entre los cuales hay un profesor de secundaria— han hecho mucho para mantener "la calma" durante la noche y para "limitar en el interior del espacio" toda su actividad. Aun así, en épocas de congresos, había incluso "colas de hombres" esperando para entrar.

Los vecinos creen que los taxistas eran los otros "grandes beneficiados" de este entramado, pues sospechan que recibían comisiones a cambio de llevar clientes al local. Agregan que eran éstos los únicos que causaban problemas de convivencia, al aparcar en doble fila y "chillar demasiado". Una vecina recuerda que la Guardia Urbana no multaba a los taxistas mal estacionados y que en el último año no se ha montado ningún control de alcoholemia en la confluencia de las calles Còrsega y Enric Granados, cuando antes era muy habitual.

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