Hasta 53 años de cárcel por traficar con mujeres y obligarlas a prostituirse en Cataluña

  • Un tribunal ha condenado a 14 miembros de la mafia nigeriana Supreme EiYE.
  • Esta organización surgió a partir de una fraternidad al estilo americano y se ha expandido por todo el mundo funcionando con células independientes.
  • Eran coaccionadas y amenazadas para que se prostituyeran.
  • Cinco españoles han sido condenados por, a cambio de dinero, casarse con algunas de las mujeres, que así podían ser trasladadas por Europa.
Imagen de archivo de unas mujeres ejerciendo la prostitución en España.
Imagen de archivo de unas mujeres ejerciendo la prostitución en España.
ARCHIVO
Imagen de archivo de unas mujeres ejerciendo la prostitución en España.

La Audiencia de Barcelona ha condenado a catorce miembros de la mafia nigeriana Supreme EiYE que se instaló en Cataluña. Las penas oscilan entre los seis meses y los 53 años de cárcel por traer a mujeres desde Nigeria para explotarlas sexualmente en Barcelona, Lleida, Girona y Tarragona. Los Mossos d'Esquadra les detuvieron en 2011 pero un año después la organización se rehízo y otros integrantes siguieron obligando a mujeres a prostituirse.

En concreto, ha condenado al cabecilla de la banda,  Efosa Iguisi Edebiri, a quien se le ha impuesto una pena de 53 años y nueve meses de cárcel por liderar esta organización criminal (6 años), favorecer la inmigración ilegal (6), traficar con mujeres y explotarlas sexualmente poniendo en grave peligro su vida (9 años y 3 meses), coaccionarlas porque accedieran a prostituirse (7 años y 6 meses) y aprovecharse de su especial vulnerabilidad (11 años), y por forzar a una de ellas a abortar con "una dosis brutal" de pastillas según la sentencia (6 años y una indemnización de 125.000 euros).

También ha sido condenado por falsificar tarjetas de crédito (5 años) y documentación oficial (3). Además, le impone 20 años de libertad vigilada para cuando salga de prisión. El tribunal también ha condenado al resto de procesados a penas de entre seis meses y 30 años de cárcel. Las penas menores (de medio año) han sido impuestas a cinco españoles que accedieron a casarse con alguna de ellas a cambio de cantidades que oscilaban entre los 3.000 y los 6.000 euros. Estos enlaces permitían a las mujeres obtener la nacionalidad, con lo que sus explotadores podían desplazarlas sin problemas por toda Europa.

Los Mossos d'Esquadra asestaron dos golpes contra la rama catalana de esta mafia nigeriana pero tras la primera operación a finales de noviembre de 2011 —los detenidos entonces han sido ahora condenados—, la organización resurgió con nuevos efectivos en pocos meses. La segunda operación tuvo lugar en noviembre de 2012 y permitió cerrar burdeles donde se explotaba mujeres nigerianas en Barcelona, Lleida, Girona y Tarragona. Algunas de las polémicas prostitutas de las Ramblas eran víctimas de este entramado inhumano.

Mafia internacional surgida de la universidad

La organización Supreme Eiye nació hace veinte años en Nigeria como una fraternidad universitaria, bajo el nombre de Supreme Eiye Confraternity, a imitación de estas sociedades americanas de estudiantes. Pero poco a poco se fue a convirtiendo en una mafia reconocida a nivel internacional por su trayectoria delinqüencial y escogió Cataluña para instalar una ramificación en España. Sus miembros tienen deben rituales iniciáticos —a menudo violentos— para formar parte, pero cuando los superan la confianza en los más nuevos ya es absoluta. Están organizados y cada célula —las hay por todo el mundo— responde ante un comandante que, a su vez, obedece al máximo dirigente de Nigeria.

La rama de Cataluña recibía a las mujeres que la organización les hacía llegar desde Nigeria. El viaje era tan duro —podían violarlas y cruzaban a pie países en guerra— que, a menudo, cuando pasaban a manos de los miembros de la célula española, se sentían liberadas. Sin embargo, sus nuevos explotadores les obligaban a devolver el dinero que supuestamente había costado su traslado hasta Barcelona, que oscilaba entre los 30.000 y los 50.000 euros.

A diferencia de las redes de explotación del este, explicó el entonces jefe de la Unidad de Crimen Organizado de los Mossos, el inspector Quim Francesc, no las sometían a una vigilancia constante y algunas, incluso, vivían solas. Sin embargo, las controlaban mediante ceremonias de vudú y amenazando a sus familias de Nigeria. "Es difícil comprenderlo desde aquí, pero el poder que estos rituales ejercen sobre ellas es muy fuerte", aseguró.

Las mujeres que oficiaban estas ceremonias, una de ellas condenada ahora a 30 años y medio de cárcel y a otros 20 de libertad vigilada, sabían cómo vestirlas y dirigirlas porque ejercieran la prostitución para pagar esta deuda. No las obligaban explícitamente a ejercerla para pagarlo, "pero una mujer nigeriana, sola, sin documentación, aquí no tiene demasiadas salidas", subrayó Francesc.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento