Cuatro agentes de la Policía Nacional acusados de robos con violencia han negado este miércoles en la Audiencia Provincial de Madrid haberse apoderado de dinero en varias intervenciones policiales que realizaron en diversos locales de la "mafia china" entre los meses de febrero y marzo de 2007.

En el juicio, que ha comenzado este miércoles en la Audiencia madrileña, en el banquillo de los acusados, se han sentado los agentes Juan José P.B., Manuel S.S., Francisco L.G. y José Fernando F.R., de la Sección Centauros, por tres delitos consumados de robo con violencia, un delito contra la salud pública, una falta de maltrato y una falta de vejaciones, según el caso.

La Fiscalía pide quince años de prisión para Juan José P.B. y Manuel S.S. y cinco para Francisco L.G. y José Fernando F.R. Durante su declaración, los cuatro procesados han descrito varias intervenciones policiales en las que realizaron identificaciones y cacheos en distintos locales pertenecientes a la "mafia china".

"Jamás le he bajado los pantalones a nadie en un dispositivo policial", ha asegurado Juan José P.B., quien ha apuntado: "En mi vida me he apoderado del dinero de nadie. No hay policía ni chino que me haya visto tocarle el dinero". Manuel S.S. ha explicado que, durante estas actuaciones policiales, no hubo ningún "zarandeo" ni ningún incidente digno de mención.

El jefe de grupo, Francisco L.G., ha subrayado que no hubo "ninguna anomalía" en estas intervenciones relacionadas con investigaciones policiales sobre grupos chinos por tráfico de drogas, armas, una reyerta y un homicidio.

Francisco L.G. ha indicado que uno de los locales estaba regentado por el cabecilla de una red china dedicada a la clonación de tarjetas, que, según la transcripción de una conversación telefónica incorporada a la causa, afirmó: "Ya nos hemos quitado a éstos de encima".

Según el relato del fiscal, entre los meses de febrero y marzo de 2007, los procesados asaltaron en al menos tres ocasiones diversos establecimientos (como locutorios, bares y salones de té) regentados por ciudadanos chinos.

Los imputados entraban, generalmente, vestidos de paisano, por sorpresa y de forma violenta a los locales, identificándose como policías nacionales, exhibiendo la placa oficial y portando pistolas y defensas, precisa el Ministerio Fiscal. Intimidaban a los clientes y propietarios de los locales al obligarles a ponerse contra la pared y los brazos en alto para, a continuación, llevarles uno a uno al cuarto de baño y sustraerles sus carteras, teléfonos móviles y efectos personales.

En ocasiones, los procesados llegaban a los establecimientos a bordo de su vehículo oficial del 091 para efectuar estos falsos registros policiales que no eran más que robos y, si les era necesario, empleaban amenazas e incluso la violencia física. Los acusados realizaron estos asaltos valiéndose en todo momento de su condición de funcionarios del Cuerpo de Policía Nacional en activo, según el fiscal.