«Con toda la humildad», recalca Arsenio Escolar, «he querido recuperar el género». Se refiere a la sátira política en verso que conforma su recién publicado libro Arsénico sin compasión (Península). Una obra fruto en buena medida de una infancia, según cuenta, en la que la poesía era protagonista. Desde los 6 años la lee y desde los 8 la escribe.
Resta, eso sí, importancia: «Es que en aquella época lo hacíamos todos en la escuela, memorizábamos poemas». ¿La parte buena de aquel sistema educativo basado en memorizar? «Sí, seguramente, sí, pero ahora tendrán otros modos».
«Nos poníamos de pie con un libro de lecturas y leíamos en alto poesía». Hace casi cincuenta años de aquello y a la ya despierta vocación poética y literaria, estudió Filología Hispánica, se le fue uniendo el otro pilar: el Periodismo. Si hay un lugar donde ambas confluyen, es justo al que ha llegado en esta obra: la sátira política en estrofas clásicas.
Un clásico de nuestra literatura, cultivado por nombres de la talla de Quevedo o Góngora, Moratín, Samaniego o Iriarte; Zorrilla o Campoamor, y que sin embargo cayó en el olvido, o en un papel muy secundario. Tal vez fue por su abuso, por las ganas de cambiar que tanto caracterizan a la profesión, o como apunta Arsenio: «Los dibujantes vinieron a hacer un poco eso: sátira política».
En el XIX era un contenido estrella, y es que con el humor es mucho más fácil llegar a lugares que con la crítica más directa (no necesariamente más dura), incluso apuntar donde de otro modo sería imposible. «Lo he tenido claro siempre: con la sátira se llega mucho más».
Ha apuntado el periodista y escritor al pecho de unos cuantos políticos, la mayoría por no decir todos, de los que en algún momento durante los últimos meses han tenido relevancia. Rubalcaba, Botella, Pablo Iglesias, Pedro Sánchez, Montoro, Guindos, Rajoy, y, por supuesto, la muy caricaturizable Esperanza Aguirre. «La conozco mucho», reconoce, y no es a la única que conoce, a la mayoría de ellos.
«Les he mandado el libro a todos» cuenta. No teme el enfado de alguno, y así lo expone en su Epílogo prescindible: «Espero que los retratados con nombre y apellidos encajen también mis versos con humor propio [...] Confío en que se enfaden sólo los que no salen, precisamente por no salir».
Varios de los poemas que inicialmente iban sí los quitó, pero no por arrepentimiento o temor, sino por culpa de la actualidad. No podía obviar las Elecciones Europeas, Podemos, la abdicación del Rey...
No sólo políticos desfilan por sus sonetos, romances..., también hay espacio para algo de 'colorín' como el divorcio de Melanie y Antonio; para alguna barbaridad ¿literaria?, como la de Belén Esteban ; para deportistas como Nadal o Ronaldo.
Poco se le ha quedado fuera a Escolar, que cuenta cómo varios poemas los escribió «de semáforo en semáforo». Si algo falta: «Lo arreglaremos en el próximo volumen, si lo hay».
'Diálogo fiscal' con Montoro
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, es el protagonista en el poema 'Diálogo fiscal', donde negocia la rendición con uno de los defraudadores. Reproducimos el poema, por cortesía de Ediciones Península:
¿Por qué, Cristóbal, tanto en mí te ensañas?
Hasta mi último céntimo rebañas,
tu acoso me provoca gran espanto.
-Pues ríndete, felón, y dime cuánto
defraudaste hasta ahora con tus mañas,
qué pastizal hurtaste a las Españas
y dónde lo has guardado a cal y canto.
-Me rindo y canto, sí... Pues mi tesoro
ayudome LB a llevarlo a Suiza...
-¡Detente, que mejor estás callado!
-¿Es que algo dije mal, señor Montoro?
-Si es el Cabrón quien todo te organiza...
¡es que eres de los nuestros! ¡Amnistiado!
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios