La respuesta la sabrán como muy tarde en agosto, aunque se calcula que nueve de cada diez solicitantes obtendrán la residencia, según apuntó ayer el ministro de Trabajo, Jesús Caldera, quien calificó de éxito el proceso. Sin embargo, Caldera admitió no estar satisfecho con las bajas cifras de Ceuta y Melilla, donde se va a «volcar» la inspección. También, dijo, se estudiará por qué en algunas provincias no encaja el número de solicitudes con el de extranjeros empadronados.

 

Esta misma semana, Trabajo presentará el programa de inspecciones, 500.000 antes de fin de año. Se sancionará «severamente» a quien contrate a irregulares, a los que «se intentará repatriar en condiciones humanitarias».

 

 

Los padres, hijos y cónyuges de los inmigrantes que obtengan el permiso de residencia también podrán lograr los papeles en virtud del arraigo, que comenzará a aplicarse en agosto. El Gobierno calcula que han quedado al margen del proceso entre 63.108 y 179.076 personas en edad de trabajar.

 

 

170.784 peticiones. Madrid  fue la comunidad donde más inmigrantes solicitaron regularizar su situación: 170.784 , cifra que representa casi el 25% del total nacional –entre las 21 y las 0 h del sábado se presentaron 224–. La mayoría de las peticiones, el 90%, fueron admitidas a trámite y otras 10.500 están pendientes de algún certificado (fueron rechazadas 5.765).
Los ecuatorianos, como en el total nacional, fueron los inmigrantes que más solicitudes registraron, un total de 45.786, lo que supone el 27% del total. Los siguieron los rumanos (39.738), los colombianos (16.290), los bolivianos, los marroquíes (9.805) y una larga lista de nacionalidades.
Por sectores de actividad, el servicio doméstico supone el 42% del total, al concentrar 72.009 peticiones (45.646 en régimen continuo y 26.363 en discontinuo). Sólo Asturias y País Vasco registraron un mayor porcentaje de solicitudes para trabajar como empleada/o del hogar.