Rodrigo Montero regentaba un establecimiento de telefonía móvil en 2004 —Interdisc Móvil—. De hecho, intercambió packs de telefonía móvil con la tienda de teléfonos regentada por dos ciudadanos indios que más tarde de los venderían a Jamal Zougham.
"Se los compramos a los mayoristas de Amena", recuerda el testigo, quien asegura que ha facilitado todas las facturas en el juzgado.
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