La pronunciada crisis económica que vive España en general, y la Comunitat Valenciana en particular, tiene su principal efecto en la elevada tasa de desempleo y en la falta de oportunidades que ello genera para las personas. Lo que antes era una tierra de oportunidades fruto del boom del sector de la construcción ha pasado a ser emisora de emigrantes. Además, los que antes venían también se están marchando.

Así lo corroboran los datos oficiales. La Comunitat ha registrado en un año un descenso de 131.366 habitantes extranjeros empadronados. Según consta en el informe anual del Observatorio Valenciano de la Inmigración a partir del padrón municipal, a fecha 1 de enero de 2014 había 732.525 personas nacidas en otros países residiendo en las tres provincias, frente a los 863.891 censados un año antes, lo que supone un 15% menos.

Además, han pasado de representar el 16,89% del total de la población al 14,66%, dos puntos menos en solo un año. La caída es particularmente pronunciada en las nacionalidades de América del Sur (ecuatorianos, colombianos, bolivianos...) que vuelven a sus países por la crisis y el paro en España.

Mientras, solo los chinos siguen aumentando entre las nacionalidades más numerosas y escalan hasta la décima posición en el ranking, con 20.355 censados.

Los rumanos siguen siendo el grupo mayoritario, si bien también experimentan una importante caída desde los 143.106 empadronados en 2013 a los 126.356 de este año. Los británicos, que constituyen el segundo grupo más numeroso, se desploman al pasar de 142.056 a 101.095.

El descenso en el volumen de población extranjera no ha llevado aparejada una disminución de la proporción que reside en situación administrativa irregular. El documento del Observatorio Valenciano de la Inmigración incluye un cálculo aproximado de la población foránea en esta situación, que a fecha 1 de enero de 2014 se elevaba a 163.843 personas, frente a las 159.155 de un año antes. De este modo, aumentan tanto en números absolutos como en el volumen sobre el total.