El escritor Gustavo Martín Garzo, ganador del Premio Nadal en 1999, ha afirmado este jueves en Santander que "narrar es hacer que los muertos miren a través de nuestros ojos" y ha incidido en que los muertos "están en nuestras palabras, en nuestros recuerdos y en nuestros jardines, nos acompañan en sueños y se sientan a la mesa para comer con nosotros".

"La muerte siempre vuelve", ha apuntado Martín Garzo durante su intervención en el encuentro 'Literatura y locura', que se celebra en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP). Sin embargo, ha matizado que "sólo el psicótico espera ver a los muertos, porque le atrae" y "es el único que vigila mientras los demás duermen, el único que escucha a quien no existe".

Pero al contrario que las personas sin problemas mentales, el escritor ha afirmado que el psicótico es como un zombi, "no puede expresarse porque no es que haya perdido su sombra —"como Peter Pan, que regresa a por ella"—, es que la sombra le maneja".

Así ha relacionado la psicosis, la literatura, la muerte y los impulsos sexuales en un discurso en el que ha citado diversas obras literarias como 'Drácula', 'Peter Pan', 'La bella durmiente' o 'Los cuentos de las mil y una noches'. mitos religiosos del cristianismo —resurrección de Lázaro— y la Grecia Clásica —Perséfone y el amor de Psique por Eros—, así como figuras fantásticas como los vampiros, los hombres lobo y los ogros.

De esta forma, ha recordado la atracción del ser humano por el mundo de la muerte, "que no tiene ningún enigma, pero la vida sí lo tiene", y de las tinieblas. "Por eso Perseo quiere mirarle a los ojos a Medusa y Odiseo se ata al mástil del barco para escuchar los cantos de la sirena", ha apuntado Martín Garzo.

Martín Garzo, que también es psicólogo, se ha referido igualmente a los delirios que viven los lectores y los psicóticos. "Todos los lectores deliran cuando leen porque viven un mundo que no es el suyo, sino que es dado por un ser superior. El psicótico es el lector más puro, no puede abandonar el delirio", ha asegurado, al tiempo que ha señalado que la persona psicótica "se entrega a la idolatría de la verdad, se niega a perder la esperanza".

En este sentido, ha negado que personajes literarios como Don Quijote de la Mancha y Emma Bovary sean psicóticos porque, a su juicio, "no pierden la razón del todo, sólo juegan, aunque sean juegos peligrosos". "Jugar no es delirar, es situarse en la zona donde hay sitio para los caballeros andantes y las heroínas románticas", ha zanjado.