Torremanzanas se siente "ignorada" dos años después del incendio en el que murieron dos personas

Torremanzanas, un pequeño municipio en las estribaciones de la vertiente sur de la Sierra de Aitana (Alicante), revive este martes el segundo aniversario del incendio que en 2012 arrasó más de 600 hectáreas en el término municipal y que costó la vida de un brigadista y de un agente forestal, sintiéndose "ignorada" por los estamentos públicos porque "aquí no se ha hecho nada", según asegura su alcalde, Cristóbal Sala.
Zona afectada por el incendio de Torremanzanas. Archivo
Zona afectada por el incendio de Torremanzanas. Archivo
Europa Press
Zona afectada por el incendio de Torremanzanas. Archivo

Torremanzanas, un pequeño municipio en las estribaciones de la vertiente sur de la Sierra de Aitana (Alicante), revive este martes el segundo aniversario del incendio que en 2012 arrasó más de 600 hectáreas en el término municipal y que costó la vida de un brigadista y de un agente forestal, sintiéndose "ignorada" por los estamentos públicos porque "aquí no se ha hecho nada", según asegura su alcalde, Cristóbal Sala.

El primer edil de la localidad alicantina asegura que el incendio sigue planeando sobre un municipio que "está concienciado con el fuego", que homenajeó a los dos fallecidos y que, sin embargo, se siente "ignorado" por los todos los estamentos públicos.

Este martes se cumple también el décimo aniversario del incendio que afectó a la Sierra Calderona (Valencia), en el que se tuvo que evacuar a los 3.000 vecinos del municipio de Náquera y en el que fueron arrasadas 700 hectáreas de alto valor ecológico.

En ambos incendios se dieron cita varias circunstancias poco frecuentes, según señala la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) a través de su cuenta de Twitter. Así, en las jornadas previas, el viento "seco" y "cálido" de poniente azotó las dos zonas durante varios días "lo que no es frecuente". En el caso de Torremanzanas, además, los termómetros superaron los 44 grados.

En el segundo aniversario de la catástrofe, que también afectó a los términos de Penáguila y Benifallim, Sala ha afirmado, en declaraciones a Europa Press que "aquí no se ha hecho nada" pese a la gravedad del incendio y ha argumentado que una de las razones del abandono de la localidad es "porque la actuación que venía fue una partida de 10 millones de euros y se dieron todos a Valencia, porque eran paraje natural".

"La administración no da dinero a los particulares", ha puntualizado Sala, quien ha concretado que en este municipio "todos somos minifundistas de diez hectáreas, cinco hectáreas, 50... Y claro eso es difícil. De modo que todo se ha quedado quemado. El que ha podido, ha vendido los pinos, y el que no, se han quedado los pinos y se pudrirán". El alcalde se ha mostrado poco esperanzado con la revitalización del municipio porque "ya me dirás el futuro que hay con personas mayores de 70 años, quedan los familiares pero los olivos tardan mucho en crecer".

Sequía extrema

Sobre las consecuencia judiciales del incendio, ha insistido en que "aquí no ha venido nadie, ni hemos recibido ninguna carta, ni oficialmente sé las causas de cómo se produjo el incendio", de modo que ha afirmado que "por lo tanto, estamos ignorados".

El alcalde ha dicho, además, que el municipio "no estará nunca más, en la vida, por lo menos esta generación, con el verde que había y el tapiz que había". En ese sentido, ha indicado que "el pueblo está concienciado con el fuego" y se ha quejado de que ,"de postre" la zona está sufriendo una pertinaz sequía de casi un año, "llevamos 10 ó 11 meses seguidos" y eso impide que los pinos que han brotado "salgan adelante".

Porque "la naturaleza es sabia" y tras el incendio que afectó a 600 hectáreas, un cinco por ciento del término municipal, brotaron muchos pinos "pero la sequía los está secando. Siempre quedará algo, pero la sequía no está haciendo polvo, también".

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