El Servei Català de la Salut deberá indemnizar con 100.000 euros a los cuatro hijos y los dos hermanos de una mujer que murió de un infarto de miocardio después de que en el servicio de urgencias del Hospital de Manresa (Barcelona) confundiera sus síntomas con una contractura muscular.
La fallecida, Rosario Martínez, murió el 1 de julio de 2004 cuando tenía 50 años al agudizarse el infarto de miocardio que sufría cuando estaba tomándose la medicación que le habían recetado ese mismo día en urgencias del hospital manresano para tratar los
Sudores fríos y dolor en el brazo
Según ha relatado una de las hijas, Rosario Lagrán, se madre acudió a urgencias porque sentía "sudores fríos, mucho calor, dolor en el brazo izquierdo y el corazón le latía muy deprisa" pero le dieron de alta "porque no lo veían muy grave".
En el hospital le hicieron un electrocardiograma y constataron que el dolor "podría ser del corazón", explicó la hija de la fallecida.
Por la tarde, en coma
El mismo día que le dieron de alta, hacia las 17.45 horas, Rosario Lagrán supo por una llamada que su madre había caído inconsciente al suelo mientras tomaba la medicación que le recetaron para el dolor muscular -termalgín con codeína- y que estaba en coma.
En el hospital trataron de reanimarla durante 25 minutos pero no lograron salvarle la vida.
Lagrán lamentó que los médicos de urgencia no le realizaran "mas pruebas" a su madre para determinar con exactitud su dolencia.
La hija reconocía que decidieron llevar adelante la demanda para "saber qué pasó" y porque "no entendíamos que por una contractura muscular acabara así".
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