El alcohol es la causa de entre un 30 y un 50% de los accidentes mortales en la carretera según la DGT y si se consiguiera erradicar su consumo cuando se conduce, se podrían evitar unas 1.000 muertes al año.

Por eso la DGT no ve con malos ojos el proyecto de Toyota que, según recoge Meneamé, está trabajando en el desarrollo de un volante equipado con sensores que analizarían el sudor de las manos del conductor. Además, una cámara colocada en el retrovisor controlaría los movimientos de los ojos.

Si el resultado del análisis de estos datos da positivo en alcoholemia, el coche puede reducir la velocidad e incluso llegar a detenerse.

Según informa la Dirección General de Tráfico (DGT) en su revista "Tráfico y Seguridad Vial" este dispositivo podría comercializarse en dos años, a partir del 2009.

El volante 'antiborrachos' determinaría la presión que ejerce el conductor sobre el volante, con lo que evalúa el grado de atención con el que se conduce.

Según la DGT, este dispositivo podría empezar a comercializarse a partir del año 2009.