Los amigos del hombre más guapo del mundo se mofaron de él en sus inicios.

"Aparecía en la playa, con posturitas. Estaba tan flaco… Eso sí, ahora nos puede vacilar a todos. Es el más guapo", confiesa Jacinto Gómez, antiguo compañero de instituto.

Juan García Postigo reside con su familia en un barrio de clase media de Málaga llamado Nueva Málaga. Sus colegas recuerdan cómo una vez le quedaron al descubierto las posaderas.

"Mi perra empezó a correr detrás de él. Juan salió por patas y se subió a un árbol,pero la perra le agarró el pantalón y se lo bajó", dice un amigo.

Antes de que el dueño de una agencia de modelos descubriera el filón de su belleza, Juan pasaba el tiempo libre practicando fútbol sala. Para ello, tenía que saltar la valla del colegio público Ramón Simonet. "Era portero", afirma un colega.

"Era muy malo con los pies", se cachondea otro. Llegó a ser el guardameta del equipo del colegio. Daniel, compañero en el terreno de juego y fuera de él, recuerda que Míster Mundo era "mosqueón y picón" en la cancha.

Javier Baena, amigo cercano de Juan, recalca que el galardón no se le ha subido a la cabeza. "Cuando salíamos era un ligón", agrega. Alberto Domínguez, albacea de la cofradía de Nueva Esperanza, de la que Míster Mundo es miembro, asegura que el míster era "muy buen chico y muy responsable".

"Cuando veo a otros míster, que están por ahí haciendo barbaridades... Juan es un tío muy legal", dice.