La lluvia y el agua desbordada han anegado ya más de 2.000 hectáreas de cultivos y obligaron a levantar muros de ladrillo a las puertas de viviendas y refuerzos en la orilla de río. Por la tarde se adoptó la decisión de romper de forma intencionada siete motas en seis municipios para suavizar las inundaciones de los campos y se retiró a todo el ganado de las zonas inundables.
A última hora, la lluvia se frenaba y la riada perdía fuerza, aunque se mantenían los operativos de seguridad. Camiones cargados de sacos de tierra y bombas para achicar agua funcionaron durante todo el día e incluso se barajó la posibilidad de evacuar a ancianos y enfermos si la avenida empeoraba. Al cierre de la esta edición, el pico de la avenida aún no había llegado a Novillas.
El suceso más trágico tuvo lugar en Tarazona, donde un albañil peruano de 25 años murió aplastado por una gigantesca roca procedente de la muralla de la ciudad. El joven se encontraba dentro de una cochera, en pleno casco de Tarazona, cuando la piedra se desprendió, probablemente por la lluvia, y cayó sobre el garaje. Los Bomberos tardaron más de seis horas en localizar el cuerpo.
Una riada «pareja» a la de 2003
El Ebro alcanzaba a última hora de la tarde de ayer 6,84 metros de altura en Novillas (Zaragoza), horas antes de que llegara el pico de la avenida. El alcalde de Gallur, Antonio Liz, aseguró ayer que los alcaldes de la zona coinciden en señalar que las afectaciones que cause la riada serán «parejas» a las que produjo la gran crecida de febrero de 2003, aunque ésta fuera más voluminosa. En la ciudad de Zaragoza, la avenida se espera para esta noche, aunque no se prevé que haya problemas. Aragón continúa en alerta de nivel 2 para garantizar la seguridad.
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