Desde que se conoció su triste historia, la cría de oso polar Knut se ha convertido en una auténtica celebridad en Alemania y en parte de Europa. Algo que festeja el zoo de Berlín.
El parque donde vive espera en Semana Santa batir su récord de público, después de que el bebé polar atrajera en marzo a 200.000 visitantes (el doble de lo habitual) y la cotización de sus acciones se haya disparado hasta incrementarse en un 67% desde enero, según indica el diario Sueddeutsche Zaitung .
El caso de Knut, que nació en diciembre, fue recogido por varios medios nacionales.
Al nacer, este pequeño osezno fue rechazado por su madre, Tosca, y fue adoptado por su cuidador Thomas Doerflein, quien lo ha criado con mucho mimo y biberones.
Doerflein lo lava como si fuera un bebé y le hizo regalos por Navidad.
Esto provocó protestas entre algunos defensores de los derechos de los animales, quienes consideraban que era mejor sacrificarlo que tratarlo como a un animal doméstico y obligarlo a depender siempre del cuidado humano.
Para entonces, el osito se había ganado ya un rincón en el corazón de los berlineses, que le han compuesto canciones y han seguido sus progresos por la televisión e internet.
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