El presidente de la Diputación de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, ha recibido este martes, en la sede provincial a su homólogo de Unicef-Comité Andalucía, Ricardo García Pérez, a quien le ha hecho entrega simbólica de un cheque por la cantidad de 4.400 euros, procedentes del porcentaje solidario de la cuota de inscripción de los participantes en la 'Carrera Popular del XXXII edición del Cross Internacional de Itálica', que se corría el pasado mes de enero.

Según ha informado la Diputación en un comunicado, hay que recordar que destinaba tres de los diez euros abonados por los 1.500 participantes en la 'Carrera Popular del Cross de Itálica' en concepto de cuota de inscripción, a la reconstrucción de Filipinas, país que se encontraba en extrema situación de devastación a un mes de que el tifón Haiyán-Yolanda arrasara áreas de 36 provincias, dejando un saldo de 1,4 millones de damnificados, de los que 5,9 son niños.

Ricardo García Pérez, acompañado por la vicepresidenta de Unicef-Comité Andalucía, Isabel López Calderón, y Villalobos, han cambiado impresiones sobre esta vertiente solidaria del que es uno de los eventos deportivos de más calado en el calendario español del campo a través, además de una cita internacional obligada.

Una vertiente solidaria que se iniciaba en 2012 y siempre de la mano de Unicef, organización cuyos programas mundiales aportan respuestas a las emergencias y necesidades de salud que muestran los niños en todo el mundo.

En su trigésima edición Itálica colaboraba con Unicef en un programa de desnutrición infantil, en Etiopía, al que aportó 4.527 euros y el año pasado destinó los 4.545 euros recaudados en concepto de cuota de inscripción al programa 'Escuelas para África', en Mozambique, de Unicef.

En Filipinas, con fondos como los aportados por el Cross de Itálica, además de las acciones de reconstrucción, Unicef está centrada en apoyar aquellos hogares en situación de más vulnerabilidad, familias con mujeres embarazadas, mujeres lactantes, mujeres cabeza de familia y hogares que acogen a niños desplazados o con niños menores de cinco años y en riesgo de desnutrición.

El nivel de devastación en las áreas afectadas por Haiyan es tal, que la recuperación acaba de comenzar y hará falta invertir durante muchos años para volver a construir unas comunidades mejores y más seguras para los niños.