El escultor Guillermo Olmo, nacido en Sarria (Lugo) aunque vinculado al País Vasco desde muy joven, presenta una colección de grandes esculturas que poblarán la terminal bilbaína durante los próximos dos meses. Admirarla se convertirá en una buena forma de hacer más corta la espera de todos los pasajeros que aguardan un vuelo, de la misma forma que sorprenderá a todos los que lleguen por vez primera.
Todo tipo de materiales
A la hora de crear sus obras, Olmo se siente atraído por todo tipo de materiales, aunque no los concibe únicamente como elementos de uso para su obra, sino que busca también el valor que tienen en ellos mismos, lo que el material tiene que decir sobre su propia naturaleza. Intenta «lograr que hablen acerca de sí mismos».
Así, en sus esculturas encontramos madera de pino, de roble o de castaño, así como metales como el acero o el hierro, o piedra caliza, habituales en sus composiciones; unas veces individualmente y otras mezclados. En cuanto a las formas, el artista trata de lograr creaciones que sinteticen con maestría los ritmos y los movimientos.
No es la primera ocasión, sin embargo, en la que La Paloma se convierte en una improvisada sala de exposiciones. Sin ir más lejos, en febrero del año pasado, el escultor vizcaíno Jesús Lizaso mostró también sus obras dentro y fuera de la terminal bilbaína.
* Loiu. Aeropuerto de Bilbao. Hasta mayo, durante todo el día. Entrada libre.
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