El color de su piel y su acento son las  principales trabas que les ponen para firmar un contrato como inquilinos, aunque varias agencias consultadas por 20 minutos aseguran que ni ellos ni los propietarios se niegan a estos arrendamientos. Pero desde las ONG insisten: «Les dicen que ya está alquilado cuando está libre».

Los que encuentran más problemas a la hora de buscar una vivienda son rumanos y senegaleses. «La gente se deja llevar por estereotipos. Piensan que todos son delincuentes o que se meterán diez personas en un mismo piso y no es así», afirman desde la ONG Equus Zebra.

Además, los problemas no sólo los tienen los sin papeles. «Unos chicos senegaleses que tienen sus nóminas y trabajan en A Coruña, tuvieron que irse a vivir a Betanzos porque en dos meses no pudieron encontrar aquí un alquiler», añaden.

Avales y dos o tres meses de fianza son los requisitos que exigen muchas agencias a los extranjeros, cuando muchos no tienen ni empleo.

Ésas no son las únicas trabas. Según Jorge Bolívar, miembro de una asociación de argentinos, han recibido quejas de personas a las que los propietarios les pedían más dinero por un alquiler. «No es algo generalizado, pero sí se abusa un poco», puntualiza.

Pero ONG y asociaciones coinciden en que hay mucha gente que respeta y ayuda a los inmigrantes.

Les ayudan a buscar vivienda

La mayor parte de los inmigrantes que viven en A Coruña son hispanoamericanos, pero los senegales tienen más problemas porque no hablan el mismo idioma. Y en Equus Zebra les ayudan a buscar piso. «Después van solos, no queremos ser paternalistas», dicen.