La misma razón que ha animado a Isabel, de 41 años, a asistir a las dos sesiones intensivas que se desarrollan en el Centro de Recuperación de la calle Monasterio de Caaveiro, en el Ventorrillo. Isabel perdió seis puntos «por beber dos cervezas». Se muestra algo escéptica sobre el curso «porque llevo conduciendo ya 23 años y no se qué podrán enseñarme nuevo», comenta.

Para concienciar

Pero es que las clases no son tanto para aprender como para concienciar a los matriculados de los riesgos que existen al volante.

Pagan 174 euros por 12 horas lectivas –estructuradas en dos días–, divididas en formación general en seguridad vial, una charla a cargo de una víctima de un accidente, visualización de programas informáticos sobre las infracciones e imágenes y vídeos sobre las consecuencias de las imprudencias al volante.

Los nueve alumnos que acuden a las aulas, coordinadas por la Federación Galega de Autoescolas, no han perdido la totalidad de puntos, sino que se han matriculado «para no quedarse a cero», señalan los responsables del centro.

Dos modalidades diferentes

Los cursos del Centro de Recuperación se dividen en dos modalidades: uno dirigido a los que han perdido algún punto y otro a los que no les queda ninguno y no pueden conducir. En este último caso se pagan 328 euros por 24 horas de clase. Además se realiza un examen al final del curso y permanecen sin carné durante seis meses.