Para María Pagés el flamenco es el claro ejemplo de que la unión de culturas, razas y religiones puede crear algo común y, por eso, sus espectáculos son una suma de estilos, danzas y canciones que, aparentemente, nada tienen que ver entre ellas, pero que se unen en una perfecta sincronía en el escenario.Canciones antes de una guerra es una muestra más de sus creencias. En este espectáculo, en el que a la bailaora se unen otros diez bailarines y seis músicos, tres al cante y dos con guitarra y percusión, se pueden contemplar muchos matices que llevan al espectador a un mundo lleno de colores y movimientos.
A la música se unen también los sonidos que desprenden cada uno de los bailarines que se suben al escenario con sus pies, sus brazos y sus vestiduras, elementos con los que consiguen remarcar silencios y momentos de mucho sentimiento. Algo en lo que destacan los brazos de Pagés.
La actuación se estructura en pequeños números que crean un juego final lleno de humor en el que lo mismo cabe el clásico anuncio de Cola-Cao que el Imagine, de John Lennon, o La nana de la cebolla, que Serrat cantó en un homenaje a Miguel Hernández.
* Teatro Calderón. Viernes y sábado, 20.30 horas. De 8 a 21 euros. A la venta en el 902 37 11 37, www.tcalderon.com y en taquilla.
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