Comptos dice que si se prestara el actual servicio de comidas del CHN con medios propios el coste anual sería inferior

Expone en un informe que el ahorro generado se debe a la unificación de las cocinas y el sistema en frío y no a la gestión externa

La Cámara de Comptos ha afirmado en un informe que si el servicio de alimentación del Complejo Hospitalario de Navarra (CHN) se hubiera seguido prestando con medios propios, con las cocinas unificadas y el nuevo sistema en frío, el coste anual hubiera sido 670.000 euros inferior al que ha supuesto la externalización.

Comptos ha remitido al Parlamento foral el informe sobre la unificación y externalización del servicio de alimentación hospitalaria, realizado a instancia de los grupos parlamentarios de Bildu y Aralar-NaBai. Pidieron un análisis sobre el cumplimiento de los pliegos de adjudicación, la facturación de la empresa y el ahorro real en la prestación del servicio.

Según expone el órgano fiscalizador, la empresa Mediterránea de Catering facturó el año pasado 5,3 millones (IVA incluido). El informe detalla los problemas en el control de la facturación, destacando que se están implantando procedimientos para mejorarlo. El ahorro que ha supuesto la externalización del servicio en 2013 es de 2,5 millones.

La Cámara de Comptos ha estimado el coste que hubiera supuesto prestar este servicio con medios propios, en las mismas condiciones que las actuales, es decir, con cocinas unificadas y sistema en frío, un coste que ascendería a 4,6 millones.

Por ello, Comptos concluye que "el ahorro en el servicio de alimentación de los hospitales viene de la unificación de las cocinas y del nuevo sistema de producción en frío, no de la gestión externa del mismo".

El informe ofrece algunas recomendaciones, entre otras que se analice la conveniencia de seguir prestando el servicio a través de una empresa externa, con medios propios o con una fórmula mixta, así como la mejora en la redacción de los pliegos para futuras adjudicaciones.

En el informe

En la introducción del informe se recuerda que un estudio del Servicio Navarro de Salud de octubre de 2011 consideró conveniente hacer un triple cambio en el sistema de alimentación hospitalaria: unificar las cocinas de los hospitales, modificar el sistema de producción en caliente por el de frío y dejar su gestión en manos de una empresa privada, que asumiría también las obras de unificación de las cocinas hospitalarias. Según el informe, el cambio supondría un ahorro anual de 2,8 millones.

La Cámara de Comptos, también a instancias del Legislativo, hizo un informe al respecto en el que se mostró crítico con el análisis del SNS. La razón principal era que el Servicio Navarro de Salud comparaba costes de sistemas de producción diferentes.

El nuevo sistema en frío consiste en cocinar los alimentos y refrigerarlos inmediatamente, almacenándolos en cámaras frigoríficas. Posteriormente se calientan en los propios carros en los que se reparten. Ese sistema supone ahorro de personal, por lo que un análisis correcto de costes debería haber comparado la gestión pública, privada y mixta con dicho sistema, ha indicado Comptos.

Al no haberse valorado así, ha añadido, no se podía saber cuál era la opción más rentable ni qué parte del ahorro calculado era debido a la externalización.

El informe de la Cámara de Comptos pidió que se analizaran todas las alternativas para la gestión del servicio (medios propios, ajenos o fórmula mixta) y, además de los aspectos económicos, que se valorasen otros como las consecuencias sociales, posteriores desviaciones al alza en el coste de las dietas y el control de la calidad.

El Gobierno de Navarra adjudicó el servicio de alimentación a la empresa Mediterránea de Catering en julio de 2012, para un periodo de cuatro años y por un valor estimado de 22,8 millones, IVA excluido. A partir de entonces, la empresa comenzó las obras de las nuevas cocinas y la implantación del sistema de producción en frío.

A consecuencia de esto, el SNS recolocó a 56 funcionarios de las cocinas hospitalarias en otros puestos, rescindió 128 contratos temporales y otros 10 contratados renunciaron a su contrato para pasar a la empresa adjudicataria. La empresa invirtió algo más de seis millones en la obra de unificación y adaptación de las cocinas. Y a comienzos de febrero de 2013 ya estaba gestionando las del hospital Virgen del Camino, Hospital de Navarra y Clínica Ubarmin.

Sistemas de control

El informe ha analizado los sistemas de control del servicio, en los que participan varias secciones y unidades de los hospitales y el Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra, que es responsable de la seguridad alimentaria y en cuyas manos está el análisis de las muestras alimentarias.

El control fundamental lo realiza un grupo de trabajo, en el que participa personal del SNS y de la empresa adjudicataria, cuyos análisis detectaron variadas incidencias, entre ellas las siguientes: dietas sobrantes, errores en menús, problemas con las peticiones de dietas de enfermería, menaje en mal estado, inadecuada temperatura y problemas con las dietas especiales.

En cuanto a las inspecciones del Instituto de Salud Pública, el año pasado realizó 34 y detectó 84 anomalías, referidas sobre todo a registro obligatorio de limpiezas, temperatura y aceite, material sucio o inadecuado, equipamiento estropeado y prácticas inadecuadas de higiene. La mayor parte de las anomalías corresponden al inicio del contrato, habiéndose reducido en gran medida posteriormente.

El informe concluye al respecto que, en general, los sistemas de control han funcionado. Consecuencia de esto han sido los tres expedientes sancionadores incoados a la empresa por un importe global de 75.000 euros.

Respecto al pliego del contrato con la empresa, el informe lo considera "poco claro" en algunas cláusulas significativas, como el referido a las sanciones. El Servicio Navarro de Salud detectó muchos incumplimientos referidos, entre otras cuestiones, a cantidad de comida, temperatura y poca variedad de menús.

Además, la Cámara de Comptos ha detectado otros incumplimientos, como la no entrega de botellín de agua en comida y cena, con un importe abonado de 60.000 euros, además de la no aprobación de precios de algunos productos alimentarios diferentes a los ofertados.

A pesar de estar contemplado en el pliego, no se realiza un control periódico de la comida sobrante en bandejas. Solo se realizó uno, entre abril y mayo del año pasado. La conclusión era que la comida sobrante llega hasta el 46 por ciento en los primeros platos y al 41 por ciento en los segundos. En los postres, sin embargo, no subía del 13 por ciento.

En este sentido, el informe ofrece datos sobre las quejas de los pacientes entre principios de 2013 y mayo de 2014. En total son 2.322, debidas fundamentalmente a la mala calidad de la alimentación, aunque otras se refieren al error en la dieta, temperatura, horario o insuficiente cantidad. La mayor parte se formularon en el primer cuatrimestre de 2013 y posteriormente se han reducido.

En los años anteriores a la externalización se recibieron solamente cuatro quejas en 2010, tres en 2011 y ocho en 2012, ha expuesto el órgano fiscalizador.

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