Desterradas
Fuentes del Ministerio de Medio Ambiente recordaban ayer que otras especies que se consideraban desterradas de nuestra geografía, como la tortuga boba, sorprendentemente han realizado puestas en el litoral de Almería, Valencia o Cataluña, así como en Fuerteventura (Canarias).
A estas especies se unen otras cuya pervivencia está muy amenazada y a las que los planes de conservación han dado algo de aire en los últimos años. Es el caso del águila imperial, cuya población pasó de las 50 parejas en los años setenta a las 215 de 2006; el oso pardo, que ha logrado alcanzar las 100 parejas en la Cordillera Cantábrica, o el quebrantahuesos, que se ha visto incrementado en pocas décadas de 30 a 90 parejas. Otros viejos conocidos, como el lobo, han logrado adaptarse, aumentar su población hasta 2.500 ejemplares y extenderse por casi todo el país.
El esfuerzo del lince ibérico
El plan de cría en cautividad que desarrolla el centro de El Acebuche en Doñana (Huelva) ha dado como resultado este mes el nacimiento de cinco linces ibéricos, una especie que sólo habita en nuestro país y que se encuentra en serio peligro de extinción. Los últimos alumbramientos se unen a los seis en cautividad y 44 en libertad que se registraron el año pasado en Andalucía, donde se calcula que existen 200 ejemplares de lince ibérico, medio centenar de ellos en el Parque de Doñana. Según Ecologistas en Acción, en 2006 murieron nueve linces, principalmente debido a los atropellos en Doñana.
Las novedades llegan del sur
Juan José Areces, técnico del Ministerio de Medio Ambiente.
En los últimos tiempos hemos empezado a detectar con frecuencia en el sur de la Península especies animales propias del norte de África y cuya presencia podría asociarse al cambio climático. Un buen ejemplo de este fenómeno es el camachuelo trompetero (Bucanetes githagineus), una especie emparentada con los jilgueros y los canarios cuyo hábitat se extiende del Sahara occidental a Medio Oriente. Ahora se ha asentado en Almería, en Murcia y en el sur de Alicante, además de Canarias, donde vive de forma natural. Otro caso menos conocido es el del corredor sahariano (Cursorius cursor), una ave del tamaño del chorlito propia de entornos desérticos y dunosos que, aparte de Fuerteventura y Lanzarote (Canarias), ahora ocupa otras zonas del sur de España. A pesar de que lo hayan grabado recientemente, es poco previsible que el pigargo europeo críe por su cuenta en España. Se trata de un ave solitaria cuyas visitas esporádicas a España en época de cría no son extrañas.
Nuevas caras y viejos conocidos que vuelven entre nosotros
Oso pardo. Esperanza cantábrica.
Su recuperación está dando frutos en la Cordillera Cantábrica, pero en los Pirineos está al borde la extinción.
C. Sahariano. Del norte de África.
Anida en el suelo en zonas áridas y se alimenta principalmente de insectos, lombrices...
Tortuga boba. Mediterránea.
Es la tortuga marina más común en el Mediterráneo, aunque cada año su población se ve mermada por la contaminación del mar y la actividad pesquera.
Lince ibérico. Reproducción en cautividad.
La cría en cautividad ha conseguido que en los dos últimos años las poblaciones del felino más amenazado del mundo se hayan recuperado tímidamente en Sierra Morena. Se calcula que hay 200 linces en España.
Pigargo. Ave solitaria.
Es una de las aves de presa más grandes de Europa, cuya envergadura oscila entre los 2 y los 2,5 metros de longitud. Su hábitat se extiende desde Groenlandia hasta la costa del Pacífico en Asia. Se alimenta de peces y aves acuáticas.
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